La muerte nocturna, también conocida como morir durante el sueño, es un fenómeno que preocupa y desconcierta a muchos. Este suceso puede parecer pacífico, pero a menudo es consecuencia de condiciones médicas graves y no siempre es menos traumático. Diversas razones contribuyen a esta forma de fallecimiento y es crucial entender las posibles causas para una prevención efectiva.
El paro cardíaco es una de las causas más comunes de la muerte nocturna. Este suceso se produce cuando el corazón deja de latir de repente y, sin tratamiento médico inmediato, puede resultar fatal en pocos minutos.
El riesgo de morir durante el sueño se incrementa debido a que la respuesta médica de emergencia suele ser demasiado tardía. Según un estudio de 2021 publicado en Heart Rhythms, aproximadamente el 22% de los casos de paro cardíaco repentino ocurre entre las 22 y las 6.
Infartos de miocardio, comúnmente conocidos como ataques cardíacos, ocurren cuando un vaso sanguíneo que irriga el músculo cardíaco se obstruye, causando daño o muerte del tejido. Estos eventos pueden variar desde menores a catastróficos, y un ataque cardíaco masivo puede incluso interrumpir la respiración si afecta el flujo sanguíneo al cerebro. Según un estudio publicado en el American Journal of Physiology – Heart and Circulatory Physiology, estos eventos son especialmente peligrosos durante el sueño.
Las arritmias también son una causa frecuente de muerte durante el sueño. Estas irregularidades en el ritmo cardíaco pueden provocar contracciones desincronizadas del corazón, reduciendo su capacidad de bombear sangre eficazmente.
Condiciones como asistolia y fibrilación auricular son especialmente peligrosas, al igual que ciertos bloqueos cardíacos. Estudios publicados en Heart, subrayan la importancia de monitorear y tratar estos desórdenes para evitar incidentes fatales.
La insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) es otra condición que puede reducir gradualmente la capacidad del corazón para funcionar, llevando en casos graves a un paro cardíaco. Según los expertos, la ICC del lado izquierdo puede afectar rápidamente el lado derecho del corazón, resultando en acumulación de líquido en los pulmones y otros síntomas como edema periférico. La ICC es una condición progresiva que puede conducir a la muerte nocturna, según un estudio publicado en Journal of the Neurological Sciences.
Un accidente cerebrovascular puede interrumpir el flujo sanguíneo al cerebro, provocando muerte súbita durante el sueño. Según investigaciones, la hipertensión aumenta significativamente este riesgo, especialmente si el accidente cerebrovascular afecta el tronco encefálico, encargado de regular funciones vitales como la respiración.
La insuficiencia pulmonar es otra causa de muerte nocturna, originada por enfermedades como la EPOC, fibrosis pulmonar y cáncer de pulmón. Además, la intoxicación por monóxido de carbono debido a una ventilación defectuosa puede causar asfixia fatal en minutos. Según un estudio publicado en American Academy of Pediatrics, la exposición a altos niveles de monóxido de carbono puede ser especialmente peligrosa durante el sueño.
La diabetes tipo 1 también está conectada con la muerte nocturna, principalmente debido a las fluctuaciones de azúcar en sangre que pueden provocar convulsiones o la muerte. El “síndrome del muerto en la cama” es un fenómeno que describe muertes inexplicables en personas con diabetes, probable consecuencia de hipoglucemia extrema durante la noche. Un estudio publicado en Diabetic Medicine asocia este síndrome con la hipoglucemia, aunque los mecanismos exactos aún no se comprenden completamente.
El uso inapropiado de medicamentos, especialmente aquellos que afectan al cerebro y la respiración, puede aumentar el riesgo de muerte mientras se duerme. Benzodiazepinas, opioides y ciertos sedantes son particularmente peligrosos cuando se combinan con otros depresores o se usan en exceso. Un estudio publicado en BMJ indican que la combinación de estos medicamentos puede llevar a un paro respiratorio mortal.
Una lesión cerebral traumática severa puede causar muerte súbita mientras la persona está durmiendo. A veces, los síntomas como náuseas, dolores de cabeza persistentes y pupilas dilatadas pueden pasar desapercibidos o pasarse por alto después de una lesión en la cabeza. Un estudio publicado en Sage Journals señala que una hemorragia cerebral puede ser letal durante la noche.
La apnea obstructiva del sueño (AOS) exacerba condiciones como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, elevando el riesgo de muerte mientras se duerme. Aunque es menos común, la AOS puede causar asfixia fatal y debe ser abordada médicamente. Según un estudio en el PubMed, la apnea del sueño está estrechamente relacionada con un mayor riesgo de mortalidad súbita.
El SUDEP (muerte súbita en la epilepsia) es una condición misteriosa que afecta a personas con epilepsia, a menudo durante el sueño. La interrupción de la respiración durante una convulsión o daño al corazón son algunas teorías propuestas por los investigadores. Un estudio en BMJ destacó la prevalencia de SUDEP en individuos con epilepsia y la necesidad de mayores investigaciones al respecto.
Entender las causas y factores de riesgo de muerte nocturna es vital para la prevención. Es esencial monitorear enfermedades crónicas, y mantener un control adecuado de condiciones médicas preexistentes como enfermedades cardíacas, diabetes y trastornos respiratorios. Además, una ventilación adecuada y la conciencia sobre el uso de medicamentos pueden ser medidas de prevención esenciales.
Fuente: INFOBAE