En el estudio realizado en el Reino Unido los participantes fueron contagiados con el patógeno por la nariz. Los sorprendentes hallazgos en quienes resistieron al patógeno y cómo el nuevo conocimiento puede ayudar a nuevas terapias
El coronavirus que causa la enfermedad COVID-19 fue detectado en enero de 2020. Se propagó por el mundo, y se calcula que el número real de muertes desde el inicio de la pandemia supera los 28 millones de personas.
Sin embargo hay quienes nunca se contagiaron el coronavirus, y aún se investiga cuáles son los factores que los protegieron.
Investigadores del Reino Unido, Países Bajos y Tailandia llevaron a cabo un estudio llamado “exposición controlada” a patógenos en el cual les administraron el virus a personas sanas, que habían dado su consentimiento en 2021.
El análisis de los resultados de este estudio permitió averiguar qué ocurrió en los voluntarios y aportó pistas sobre cómo algunas personas no se enferman.
Los investigadores descubrieron que las personas capaces de defenderse del virus del coronavirus SARS-CoV-2 tienen respuestas inmunitarias únicas que les ayudan a evitar una infección sostenida. Los resultados se publicaron en la revista Nature.
Se detectó que una respuesta del sistema inmune localizada en el revestimiento de la nariz es lo que permite a las personas identificar al virus e impedir que se afiance y que cause la infección.
La investigación fue dirigida por el Instituto Wellcome Sanger, el University College de Londres (UCL), el Imperial College de Londres y el Instituto Oncológico de los Países Bajos, entre otras instituciones.
Analizaron las muestras de individuos antes e inmediatamente después de la exposición al virus para estudiar sus respuestas inmunitarias con gran detalle.
Utilizando tecnología de secuenciación unicelular, los científicos descubrieron que algunas personas mostraban respuestas no reconocidas previamente que les permitían resistir la infección viral sostenida y la enfermedad, así como una instantánea detallada de los tipos celulares implicados.
De acuerdo con los investigadores, el estudio publicado proporciona la cronología más completa hasta la fecha sobre cómo responde el organismo a la primera exposición al SARS-CoV-2, o a cualquier enfermedad infecciosa.
El profesor Christopher Chiu, del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Imperial College de Londres, quien dirigió el ensayo, afirmó: “Este artículo pone de relieve el valor de los potentes enfoques de vanguardia aplicados mediante la colaboración en el estudio de desafío humano del SARS-CoV-2, el primero del mundo”.
Este programa de investigación —opinó— “sigue aportando datos únicos sobre la forma en que el sistema inmunitario nos protege de la infección que no pueden obtenerse en ningún otro contexto”. Como los voluntarios fueron evaluados antes de recibir la administración del coronavirus, los investigadores luego pudieron rastrear paso a paso cómo fueron los procesos que hicieron que algunos voluntarios se contagiaron y otros no.
“Estos hallazgos no sólo tendrán una repercusión importante en el desarrollo de intervenciones de nueva generación contra el SRAS-CoV-2, sino que también deberían poder generalizarse para otros brotes y pandemias futuros”, estimó.
Cómo se hizo el estudio
El virus se administró por vía nasal a 36 voluntarios adultos sanos sin antecedentes de infección o vacunación. El entorno se controló cuidadosamente para permitir a los investigadores captar la trayectoria de la infección desde el momento en que una persona se expone al virus, a través de su infección, y más allá del punto en que está libre de virus.
Los investigadores realizaron luego un seguimiento detallado de la sangre y el revestimiento de la nariz de 16 voluntarios, tanto de la infección completa como de la actividad de las células inmunitarias antes de que se produjera la infección.
Más adelante, los equipos del Instituto Wellcome Sanger y la UCL utilizaron la secuenciación unicelular para generar un conjunto de datos de más de 600.000 células individuales. Este trabajo forma parte de la iniciativa Human Cell Atlas, cuyo objetivo es cartografiar todos los tipos de células del cuerpo humano.
En todos los participantes, el equipo descubrió respuestas hasta entonces desconocidas que intervienen en la detección inmediata del virus. Entre ellas, la activación de células inmunitarias especializadas de la mucosa nasal y cambios en los glóbulos blancos inflamatorios que normalmente ingieren y destruyen a los patógenos.
Los individuos que eliminaron inmediatamente el virus no mostraron una respuesta inmunitaria generalizada típica, sino que montaron respuestas inmunitarias innatas sutiles y nunca vistas en la nariz. Los investigadores sugirieron que los niveles elevados de un gen denominado “HLA-DQA2″ antes de la exposición también ayudaron a las personas a evitar que se produjera una infección sostenida.
En cambio, los seis individuos que sí desarrollaron una infección sostenida por el coronavirus mostraron una respuesta inmunitaria rápida en la sangre, pero más lenta en la nariz, lo que permitió al virus establecerse allí.
Los investigadores identificaron además patrones comunes entre los receptores de células T activadas, que reconocen y eliminan las células infectadas por el virus. Esto permite comprender mejor la comunicación entre las células inmunitarias y desarrollar terapias dirigidas con células T no sólo contra el COVID-19, sino también contra otras enfermedades.
Qué implican los resultados para el futuro
El doctor Marko Nikolic, autor principal del estudio, dijo: “Estos hallazgos arrojan nueva luz sobre los eventos tempranos cruciales que permiten que el virus se arraigue o que se elimine rápidamente antes de que se desarrollen los síntomas. Ahora conocemos mucho mejor toda la gama de respuestas inmunitarias, lo que podría sentar las bases para desarrollar posibles tratamientos y vacunas que imiten estas respuestas protectoras naturales”.
Por su parte, otra coautora, Sarah Teichmann, anteriormente en el Instituto Wellcome Sanger, cofundadora del Atlas de Células Humanas y ahora en el Instituto de Células Madre de Cambridge de la Universidad de Cambridge, destacó el valor de los resultados.
“A medida que construimos el Atlas de Células Humanas, podemos identificar mejor cuáles de nuestras células son fundamentales para combatir las infecciones y comprender por qué distintas personas responden al coronavirus de formas diferentes. Los estudios futuros podrán compararse con nuestro conjunto de datos de referencia para entender cómo se compara una respuesta inmunitaria normal a un nuevo patógeno con una respuesta inmunitaria inducida por una vacuna”.
Fuente: INFOBAE