El primer email le hizo mucha ilusión. “No se vende un cuadro de 1,22 x 1,22 todos los días”, explica María Paula Rennis. Esta artista argentina recibió a través de su página en Internet una oferta de compra por una de sus mayores piezas. La interesada era una mujer desde Nashville (Tennessee) que quería regalársela a su esposa por su aniversario de bodas. Se comunicaron vía mensajes de texto aunque Rennis, desde Nueva York, tenía la idea de hacer una videoconferencia para que pudiera apreciar mejor los colores de la obra. A la hora de hablar del pago, le ofreció cobrar a través de Venmo o Zelle, pero la compradora pidió pagar por cheque para evitar que su esposa, que gestionaba las cuentas de la pareja, viera el cargo de su regalo sorpresa.
Esta no era más que una de las muchas piezas de difícil encaje en lo que terminó siendo la trama de una conocida estafa, la del cheque, que según la Comisión Federal de Comercio (FTC) no solo es frecuente sino que además hace cuatro años ya suponía unas pérdidas medias para las víctimas de unos 2.000 dólares.
La compradora del cuadro dijo a Rennis que una empresa de mudanzas vendría a por él para llevárselo a Filipinas con el resto de las cosas de la pareja porque se iban a trasladar allá. Y le mandó el pago. El cheque de caja resultó ser de una entidad de California y llegó por mensajería desde Arkansas. ¿La cantidad? El doble del valor del cuadro.
Aquel rompecabezas geográfico y la cantidad de dinero dispararon las alarmas de Rennis, que antes de hablar con el transportista, pese a la urgencia que le trasladaba la compradora, decidió llamar al banco. “En cuanto di el número de cheque me dijeron que era falso y que no era la primera que tenía un caso así”, cuenta. La artista podría haber perdido el cuadro, el valor de este y el dinero en exceso que se suponía que era para pagar al del transporte.
Se trata de una variante de estafa clásica. Los consumidores reciben un cheque que parece legítimo por una cantidad mayor de la esperada para pagar a una tercera persona antes de que este medio de pago haya sido aprobado (clearing) por la entidad en la que se deposita. Aunque la cantidad se vea reflejada en el balance el cheque, tarda un par de días en procesarse. Cuando el banco comprueba que es falso, la víctima ya ha adelantado el pago a ese tercero.
Los datos de la FTC muestra que el año pasado se reportaron 2,6 millones de fraudes. La mayoría se quedó en tentativa como el de Rennis, pero el 27% de ellos se consumaron. Es decir, que aproximadamente uno de cada cinco intentos funciona. Es un problema que supuso en 2023 unas pérdidas de 10.300 millones de dólares, un 14% más que el año anterior.
1. Impostores
2. Compras online y críticas negativas
3. Premios, sorteos y loterías
4. Inversiones
5. Oportunidades de negocios y empleo
Información actualizada al 2023
El email es ya el medio favorito para tender un anzuelo. Hasta 2022 se iniciaban los contactos mediante mensajes de texto y llamadas telefónicas. Según Truecaller, la aplicación de identificación y bloqueos de llamadas, los hispanos en Estados Unidos son el doble de vulnerables que el resto de la población a pérdidas de dinero a través de estafas telefónicas. También reciben el doble de llamadas insistentes de personas que dicen llamar en nombre de una autoridad gubernamental o una empresa de servicios.
Es algo de lo que sabe mucho E.S, dominicana afincada en El Bronx. Su padre de 73 años, retirado, enfermo con diabetes y necesitado de diálisis, tiene que gestionar llamadas diariamente con citas de médicos y asistencia pero un día contó que alguien de la Administración del Seguro Social le estaba llamando. Él no entendía: “No me ponen a nadie que hable en español”.
Un día le llamaron un domingo mientras E.S. lo visitaba y ella contestó para verificar simplemente lo que sospechaba, que sabían muchos datos de su padre. El robo de identidad necesitaba solo de apenas unos datos más para completarse.
“Le dije a mi padre que nunca contestara, que ni el Seguro Social ni ninguna agencia lo va a llamar por teléfono. Nunca. Y menos un domingo y que si quisieran hablar con él lo harían en español”, dice frustrada. Explica E.S. que ella gestiona el email de su padre y durante un año funcionó el bloqueo al teléfono que puso al darle de alta en la lista de Donotcall.
“Pero luego volvieron a llamar, los estafadores siempre están ahí para las personas que no saben el idioma, no entienden como funcionan las cosas o no saben sus derechos”, lamenta esta mujer, que trabaja en una escuela y dice que trabaja para evitar “que la gente caiga en ello”.
Un informe pedido por HACER y Better Bureau Business en 2022 sobre la población hispana en dos Estados, Minnesota y Dakota del norte, revelaba que los problemas del idioma, no estar preparado en prevención de fraude, estar indocumentado en el país, ser por naturaleza confiado y “la necesidad de los latinos de proveer”, hace más vulnerable a los latinos, especialmente a los mayores o los que llevan menos de cinco años en el país.
E. S. lleva desde los 15 años en Estados Unidos y dice que sabe qué tiene que hacer porque además confiesa que hace 11 años estuvo a punto de caer en los lazos del fraude. Fue por un correo fraudulento de PayPal en el que le pidieron cambiar la contraseña de la cuenta. “No me agarraron ni un centavo porque la página se quedó frisada, pero tuve que reportar, también de tarjetas y monitoreé mi informe de crédito por un año”, explica.
📞 Llamadas telefónicas: $1,480 dólares (pérdida media)
💟 Redes sociales: $1.4 billones de dólares (pérdida total)
📧 Email: 358,000 reportes
Información actualizada al 2023
La FTC lamenta que los latinos que caen en estas estafas reporten que han pagado con dinero, cripto, tarjetas de crédito o transferencia bancaria, porque son métodos que no tienen protección para los consumidores o forma de recuperar el dinero.
Los fraudes que más crecen y más dinero cuestan son los de inversión. El año pasado se perdieron más de 4.600 millones de dólares, un 21% más más que cualquier otra categoría de engaño. Los impostores, tanto de empresas como del Gobierno, y las compras en la red también son una importante fuente de pérdidas para las víctimas. Desde la FTC se pide que se cuelguen sin más las llamadas que dicen ser del IRS, del Seguro Social o cualquier agencia o empresa. Todos ellos se pondrán en contacto con los ciudadanos por carta, nunca por llamada y nunca le van a amenazar.
E. S. dice que el teléfono de su padre ya solo se contesta si es un número conocido o una cita médica. Rennis por su parte, admite su desilusión. “Se queda una con una desconfianza total, ya no sabes qué es verdadero y qué falso”.
La FTC recomienda:
• Mire en Internet la legitimidad de la empresa, el correo electrónico, teléfono y haga la búsqueda con las palabras “scam”, “review” o “complaint” para saber si hay sospechas fundadas.
• Hable con alguien de confianza y describa el caso, la oferta o el trabajo. Sepa lo que piensan otros y piense que cuando algo parece muy bonito para ser verdad, muchas veces no es verdad.
• Evite a quienes le presionan. “De hecho no se comunique con nadie que tenga acciones de venta con mucha presión, fuerce a actuar con premura o le disuada de verificar algo”.
• Nunca pague a nadie anticipadamente, sobre todo si le han prometido un trabajo o una transacción de mucho dinero. Ningún empleador ni el gobierno le dirán que pague por obtener un trabajo.
Fuente: EL PAÍS