Una mujer de avanzada edad visiblemente angustiada contó que delincuentes armados la encañonaron e ingresaron a su alojamiento del cual se llevaron cosas de valor.
La ciudadana que no quiso dar su nombre ni apellido por temor a represalias de los cacos lamentó que en la zona de la exterminal de buses la inseguridad campea todas las noches debido al funcionamiento de locales de expendio de bebidas.
Afirmó que los antisociales causan miedo en esa zona donde los atracos suelen ser supuestamente seguidos a los parroquianos que salen de los karaoques.
Afirmó que acudió a la Policía y al Ministerio Público para que investiguen su caso, pero lamentó la burocracia existente en ambas instituciones.