El servicio de correo electrónico fue el primer pilar en la expansión de Google tras el éxito de su buscador
El 1 de abril de 2004 Google publicó un comunicado que muy poca gente se tomó en serio. Esta fecha es el equivalente anglosajón al Día de los Inocentes y lo que la compañía de Larry Page y Sergey Brin anunciaba parecía una de esas bromas, demasiado bueno como para ser cierto. En un mundo en el que la capacidad de almacenamiento de los servicios más populares de correo electrónico, como los de Yahoo y Microsoft, rondaban los 20 megabytes, podían abarcar solamente unas cuantas decenas de mails y obligaban a borrarlos constantemente para dejar espacio a los nuevos, Google presentaba un servicio gratuito, no todos lo eran, con un almacenamiento de 1 gigabyte y las capacidades de búsqueda de su ya entonces popular buscador.
Gmail fue descrito entonces como “un servicio de correo web gratuito basado en búsquedas con una capacidad de almacenamiento de hasta ocho mil millones de bits de información, el equivalente a 500.000 páginas de correo electrónico por usuario”. Inicialmente se lanzó bajo un sistema de invitaciones que en realidad respondía a la precaria infraestructura con la que comenzaba a funcionar el que había sido conocido internamente durante sus tres años de desarrollo como proyecto Caribou.
“Cuando lo lanzamos, solo teníamos 300 máquinas y eran máquinas muy viejas que nadie más quería. Sólo teníamos capacidad suficiente para 10.000 usuarios, lo cual es un poco absurdo”, explica Paul Buchheit, ex ingeniero de Google, a Associated Press. Sin embargo, este sistema de invitaciones le dio un aire de exclusividad que empujó el interés de la propuesta de Google. Algunas se llegaron a vender por 250 dólares en Ebay en aquel entonces.
Pero mientras que lo que los usuarios buscaban era ese gigantesco espacio de almacenamiento, que iba a convertir las cuentas de correo en un pozo sin fondo de documentos, imágenes y mensajes, Google ponía el acento en las capacidades de búsqueda y la rapidez del servicio.
Así, la compañía prometía en su nota de prensa que utilizando la tecnología de búsqueda de Google, los usuarios podían emplear “palabras clave o funciones de búsqueda avanzada” para “encontrar lo que necesitan, cuando lo necesitan” y que Gmail era “más rápido y eficiente al eliminar la necesidad de archivar los mensajes en carpetas y al organizar automáticamente los correos electrónicos individuales en ‘conversaciones’”.
“Si piensas en el tipo de propuesta de valor que Gmail trajo a la mesa cuando comenzamos, se trataba de búsquedas ultrarrápidas. La gente estaba cansada de la gestión del correo electrónico. El spam estaba en todas partes y el espacio de almacenamiento en la bandeja de entrada era minúsculo. Tenías que eliminar constantemente correos electrónicos para dejar espacio a otros nuevos. El gigantesco límite de almacenamiento de Gmail resolvió eso”, asegura Ilya Brown, vicepresidente de Gmail de Google, a The Verge.
Para sorpresa de muchos usuarios, Gmail desterró el botón de eliminar correo de la ventana principal dado que no lo consideraba necesario con tanto espacio. “Estábamos tratando de cambiar la forma en que la gente había estado pensando porque la gente trabajó en este modelo de escasez de almacenamiento durante tanto tiempo que eliminar se convirtió en una acción predeterminada”, afirma Buchheit.
Gmail revolucionó el correo electrónico y fue el primer pilar en la expansión de Google hacia su actual posición de dominio en Internet. Antes de que finalizara la década, Google había comprado YouTube, lanzado su navegador Chrome, el sistema operativo Android, Google Maps y Docs entre otros servicios.
Gmail también fue evolucionando. Al cabo de un año dobló el espacio de almacenamiento que después subió a 4, a 10 y finalmente a 15 Gb en 2013 al fusionarse con el que ofrecían los servicios Drive y Fotos. Desde entonces no ha habido cambios, más allá de añadir planes de pago para aumentar el espacio, en lo que solía ser su principal señal de identidad. Y, además de conectarse con otros servicios de la compañía como Chat y Meet, ha ido añadiendo funciones como Temas, las respuestas inteligentes o el botón para cancelar suscripciones de forma indolora, entre otras. Desde 2012, año en el que superó al Outlook de Microsoft en número de usuarios, es el servicio de correo electrónico más usado del mundo. En la actualidad, por 1,2 millones de personas que mantienen 1,800 millones de cuentas activas.
Fuente: LA RAZÓN ESPAÑA