Durante la celebración del Domingo de Pascua de Resurrección, la Iglesia Católica exhortó a dejar atrás intereses egoístas y que el sufrimiento se convierta en gozo.
En la homilía en la basílica de San Francisco, el monseñor Giovani Arana, obispo de la Diócesis de El Alto y Secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana remarcó que la buena noticia de la Resurrección de Jesucristo, debe ser anunciada por los creyentes con su testimonio de vida, no sólo de palabra, para que cada sufrimiento se convierta en gozo.
“La buena noticia de la Resurrección, debe significar para cada uno de nosotros, asumir un compromiso de anunciarlo no solo de palabra sino sobre todo con nuestro testimonio, encarnado en una realidad concreta, con nuestro estilo de vida. Por eso estamos llamados a ser testigos de la Resurrección en medio de un mundo donde lamentablemente todavía existe el sufrimiento a causa de la pobreza, la violencia, la injusticia, la vulneración de derechos fundamentales, estamos llamados a poner mayor esperanza, no dejemos que la oscuridad de la muerte cubra nuestra existencia, dejemos por el contrario que la luz del resucitado ilumine cada realidad de sufrimiento para que sea transformado en gozo y alegría”, reflexionó.
Arana señaló que hoy se celebra el Domingo de Pascua, de Resurrección de Cristo, “quién ha vencido a la muerte” y hubo una etapa de preparación para este acontecimiento, durante la Cuaresma. “Pero hemos profundizando este misterio, durante la Semana Santa y más concretamente en estos días dedicados al Triduo Pascual… Dios nuestro ha abierto para nosotros las puertas de la eternidad…Cristo ha vencido a la muerte…con ello se nos devuelve la esperanza, sobre todo queremos de verdad, que esta alegría por la Pascua inunde y transforme toda nuestra vida y nuestra existencia”.
Señaló que el relato del evangelio de Hechos 10, 34.37-43 prueba que el acontecimiento de la Resurrección no es solo como algunos creen un hecho espiritual, sino que se enmarca dentro de un hecho concreto que es parte de nuestra historia, es ese acontecimiento que nosotros como cristianos debemos anunciarlo. “Jesús estuvo presente en medio de nosotros y paso haciendo el bien a muchos, curó a enfermos, estuvo cerca a los que sufrían marginación y sobre todo nos manifestó a Dios cercano a todos”.
“Hacer presente al resucitado, es como lo dice San Pablo en la segunda lectura, tener el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra, corremos siempre el riesgo de dejarnos llevar por intereses terrenales, buscando el prestigio, la fama, el poder, la riqueza material y descuidamos el trabajo interior, no dejemos que las cosas de este mundo nos alejen de lo espiritual. No se trata de entrar en simples divisiones, de lo terrenal y espiritual, debemos ser capaces de mirar nuestra existencia de modo integral, sabiendo que si bien somos parte de este mundo, somos también personas de fe…que debemos trabajar nuestra dimensión espiritual”, dijo.
Remarcó que el relato del evangelio narra la experiencia de tres de los discípulos de Jesús frente al acontecimiento de la Resurrección, María Magdalena, Pedro y el discípulo amado. “Los tres tienen una misma y única experiencia, la escena del sepulcro vacío, pero cada uno llegará a conclusiones diferentes. María Magdalena dirá: Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto; en cambio Pedro llegando al sepulcro dice ¿qué paso? y por último está el discípulo a quien Jesús amaba…éste dice el texto: entró…al sepulcro…vio y creyó”; tomemos atención que este último discípulo no tiene nombre…porque es imagen del discípulo auténtico…del discípulo que cree…es una clara invitación a todos lleguemos a identificarnos con él”.
“Pidamos a nuestra Madre, la Virgen María interceda por todos nosotros, para que junto a ella que lloró por la muerte de su Hijo, nos alegremos también junto a ella por la Resurrección de Cristo y animados por esta gran alegría, un día podamos también nosotros alcanzar la Vida Eterna”, concluyó.
Fuente: ANF