La pornografía ‘mainstream’ se coló en su imaginario siendo menores de edad y destrozó su creatividad. La explosión de placer inmediato de esas imágenes y la desconexión con el otro les ha llevado a un bloqueo en sus relaciones sexuales
Un reciente estudio ha puesto de manifiesto un preocupante fenómeno que afecta a parejas jóvenes: la influencia negativa que el consumo excesivo de material pornográfico puede tener en su vida sexual. Según los expertos, el uso desmedido de pornografía puede provocar conflictos y desencuentros en la intimidad de las parejas, afectando la calidad de sus relaciones sexuales.
Esta tendencia ha llevado a especialistas a analizar a fondo los efectos del porno en la vida sexual de las parejas jóvenes, destacando que, en muchos casos, el consumo constante de este tipo de contenido puede distorsionar las expectativas y deseos de las personas, generando una brecha entre la realidad y lo mostrado en las películas pornográficas.
Además, se ha observado que la pornografía puede influir en la forma en que las parejas se relacionan entre sí, ya que algunos estudios señalan que el consumo excesivo de material sexual explícito puede llevar a un aumento en la insatisfacción sexual, la disminución del deseo y la aparición de conflictos de pareja.
Ante esta problemática, es fundamental que las parejas sean conscientes de los posibles efectos negativos que el consumo de pornografía puede tener en su vida sexual y en su relación. Es importante establecer una comunicación abierta y honesta sobre las preferencias y limitaciones de cada uno, así como buscar ayuda profesional si la situación lo requiere.
En definitiva, es necesario reflexionar sobre el impacto que el porno puede tener en la vida íntima de las parejas jóvenes, manteniendo una actitud crítica y procurando no caer en patrones de consumo perjudiciales para la salud sexual y emocional de ambos miembros de la relación.
Fuente: EL PAÍS