Ni con los quince relojes que la han puesto en jaque, la presidenta Dina Boluarte fue capaz de cumplir con la hora anunciada para su esperado mensaje a la Nación. Boluarte se dirigió al pueblo peruano a las tres de la tarde, tres horas después de lo pactado, en un video grabado junto a sus ministros, en una toma panorámica que curiosamente no permitió ver sus muñecas, el foco visual de la opinión pública en las últimas semanas.
Con la estampa de Túpac Amaru de fondo (un precursor de la independencia peruana, descendiente de los incas), Boluarte no abordó el tema central de las acusaciones en su contra: un presunto origen mal habido de sus costosos relojes, entre ellos un Rolex de 19 mil dólares. “Por recomendación de mi abogado no voy a declarar sobre el tema de los relojes hasta que declare ante la Fiscalía”, dijo la presidenta.
La sucesora de Pedro Castillo, de quien era vicepresidenta y a quien sucedió tras el fallido golpe de Estado del presidente, había dicho hace poco que todas sus posesiones son fruto de su esfuerzo y su trabajo. Responsabilizó entonces a la prensa. “¿Desde cuándo un sector de la prensa se preocupa por lo que usa o no usa la Presidenta?”, se preguntó. “Espero que no sea por un tema sexista o de discriminación”, advirtió.
También mandó un recado al fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena, quien acusó a Boluarte de entorpecer las investigaciones por no presentarse a las diligencias. “Nunca ha existido rebeldía de mi parte frente a la investigación fiscal. Al contrario, me he apersonado para colaborar por lo que la medida es arbitraria y desproporcional”, dijo sobre el allanamiento a su casa y al despacho presidencial realizado durante la madrugada de este sábado.
“Ha sido sorprendente cómo se violentó la puerta de mi hogar pese a que no había transcurrido el tiempo suficiente para que los miembros de mi familia pudiesen levantarse de su descanso, vestirse y abrir la puerta”, se quejó la mujer que gobierna al Perú desde hace 15 meses, con un bajísimo nivel de aprobación. Según ha trascendido, Boluarte durmió en Palacio mientras que uno de sus hijos estuvo en su hogar, en el distrito limeño de Surquillo, cuando agentes de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) irrumpieron en busca de pruebas. Además de los relojes, se le investiga por un presunto delito de lavado de activos cuando presidía el club departamental Apurímac.
Este sábado, Perú Libre, el partido que la llevó al poder, presentó una moción de vacancia en su contra por permanente incapacidad moral tras reunir 26 firmas de parlamentarios. En cuanto a una posible vacancia, Dina Boluarte llamó “a los congresistas democráticos a defender el Estado de derecho. No al manoseo de la vacancia o adelanto de elecciones”.
Más allá de que Perú Libre ha dado un paso firme para lograr la salida de la presidenta, las agrupaciones políticas con más curules en el Congreso han decidido apoyar a Boluarte e insistir en que el allanamiento fue una medida “desproporcionada”. Entre ellos, los partidos de Renovación Popular, Alianza para el Progreso y Fuerza Popular. “Una vez más la institución presidencial se ve afectada por la falta de una respuesta oportuna, pero también por intereses oscuros que buscan desestabilizar el orden constitucional (…) en más de una oportunidad las diligencias de allanamiento son un mero espectáculo, no determinan ningún tipo de responsabilidad penal”, reza el comunicado de Fuerza Popular, heredero del fujimorismo.
Si bien un sector de la población le ha bajado el dedo a la Presidenta, en el Parlamento Boluarte todavía cuenta con un sólido respaldo. Finalmente, la abogada apeló al quechua para cerrar su discurso: “Manan suwanchu kani [no soy una ladrona]”.
Fuente: EL PAÍS