Nuestro abdomen y otras zonas del cuerpo, pueden mantenerse grasos pese al ejercicio que realizamos o la dieta que llevamos, lo que lleva a problemas de autoestima o salud
Ganar masa muscular requiere mucha paciencia, así como combinar el entrenamiento de fuerza con una dieta adecuada que proporcione los nutriente necesarios para el crecimiento muscular. Pero adelgazar y perder kilos de más, también. En ocasiones, conseguimos bajar de peso y nos sentimos mejor con nosotros mismos porque también perdemos tallas, pero permanece la barriga o la grasa localizada, muy difícil de eliminar por muchas dietas, ejercicios o rutinas. Y esto se debe a algunos errores que cometemos a diario y que no nos deja progresar de la manera que nos gustaría.
La grasa localizada se refiere a los depósitos específicos que se acumulan en áreas particulares del cuerpo, como el abdomen, los muslos o los glúteos. Son muchos los factores que repercuten a ello, ya sea factores genéticos, hormonales, dietéticos o de estilo de vida.
Este tipo de grasa puede ser más difícil de eliminar en comparación con la grasa generalizada en el cuerpo. Sí es verdad que los cambios saludables en alimentación, forma de vida o descanso repercuten en la pérdida de grasa, pero la acumulación excesiva, que puede ocasionar importantes problemas de salud, sigue ahí durante mucho tiempo.
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En general, las mujeres tienden a tener más grasa localizada en caderas o glúteos, mientras que los hombres tienden a acumular grasa en abdomen. La tendencia puede ser hereditaria, así como los cambios hormonales o años en los que hemos llevado una mala alimentación o un estilo de vida sedentaria, pues no solo repercute en la cantidad de grasa, sino en la distribución de esta.
Y por supuesto, también repercute en la salud. Según publica la revista Heart, las personas con obesidad abdominal son las más propensas a sufrir una parada cardiaca o padecer muerte súbita. Así, la “barriga cervecera”, aunque no tenga que ver con la mala alimentación, suele deberse, más allá de factores externos, a diez errores nuestros.
- Una dieta baja en grasas: es importante tener una dieta rica en ácidos grasos monosaturados como los de frutos secos, aceite o aguacate, que ayudan a saciar dentro de una alimentación saludable y sin pasar hambre.
- Abusar de alimentos procesados
- Refrescos Light: el consumo constante de este alimento lleva a un porcentaje mayor de barriga, puesto que se subestiman las calorías del resto de comidas
- No tomar magnesio: alimentos como los frutos secos, cereales o legumbres contienen este componente
- Sentimientos de tristeza, estrés y ansiedad
- Carne roja y embutidos: debemos primar también el pescado y las carnes magras, como el conejo
- Consumo excesivo de alcohol o tabaco
- Vida sedentaria
- No consumir frutas y verduras: estos son llamados “alimentos vivos” y aportan nutrientes como la vitamina C, muy necesaria para nuestro bienestar
- No hacer los ejercicios correctos o con la intensidad adecuada
Fuente: LA RAZÓN ESPAÑA