Mientras Donald Trump confía en la victoria, su esposa se siente preparada para dejar huella en la historia
A la espera de una decisión judicial definitiva, la campaña presidencial de Donald Trump ya está en marcha. El Tribunal Supremo de Míchigan, un estado clave en las presidenciales de 2024, rechazó el miércoles la denuncia que buscaba evitar que el magnate dispute las primarias estatales del Partido Republicano. El fallo, que viene precedido de varios anteriores en este sentido, supone una victoria legal para él y un aviso para su mujer, Melania Trump.
Hasta ahora, la exprimera dama estadounidense se ha caracterizado por sus silencios, su hermetismo, su rostro hierático y una sonrisa a veces inquietante. Son rasgos que contrastan con la personalidad expansiva de Trump, que emerge sin cautela colérico, alegre, melancólico, flemático o arrebatador, según la ocasión. Si volviese a la Casa Blanca, esta vez la exmodelo de origen esloveno sería una mujer nueva. Al menos, así lo ha hecho saber. Su deseo es dejar huella, igual que hicieron algunas de sus antecesoras, defendiendo causas sociales, abanderando campañas o creando sus propias fundaciones. Tiene el precedente de Barbara Bush, que impulsó la alfabetización, Nancy Reagan, seguramente la primera dama más influyente dentro y fuera del país, o Rosalynn Carter, a cuyo funeral asistió el pasado noviembre. Precisamente fue esta última la que inventó la figura de primera dama al cambiar el rol tradicional de acompañante a figura activa en la política del país.
Fuente: LA RAZÓN ESPAÑA