El viento solar puede provocar fenómenos muy extraños, a largas distancias y con peligros para nuestro planeta.
A finales del año pasado, la atmósfera de Marte explotó brevemente hasta aproximadamente tres veces su tamaño normal, sin previo aviso. Esto obviamente dejó a los científicos desconcertados, pero rápidamente se pusieron a investigar. Ahora, un equipo liderado por Jasper Halekas habría descubierto qué ocurrió: el evento fue provocado por una rara brecha, o “vacío”, en las partículas cargadas que fluyen continuamente desde el Sol, básicamente viento solar, que se llevó por delante la atmósfera del planeta rojo, al menos durante un tiempo. Y las conclusiones de Halekas indican que este repentino viento también ha ocurrido en la Tierra al menos una vez antes y podría volver a ocurrir pronto.
Todo comenzó el 26 de diciembre de 2022, el Orbitador de la Atmósfera y Evolución Volátil de Marte (MAVEN) de la NASA, que ha estado orbitando la atmósfera superior del Planeta Rojo desde 2014, fue testigo de cómo el escudo magnético de Marte, o magnetosfera, se hinchaba hacia el exterior “miles de kilómetros”, señala un comunicado de la NASA. Esto provocó que la tenue atmósfera marciana se expandiera temporalmente.
Después de revisar los datos de la nave espacial, los científicos de MAVEN notaron que la expansión atmosférica coincidió con una disminución de 100 veces en las partículas del viento solar que golpean la nave espacial.
“Cuando vimos los datos por primera vez y lo dramática que fue la caída del viento solar, fue casi increíble“, señaló en el comunicado Halekas. Las conclusiones de su equipo se presentaron en la Unión Geofísica Estadounidense.
Los datos muestran que se trató de un “evento solar verdaderamente anómalo”. Normalmente, el viento solar bombardea constantemente a Marte y a todos los demás planetas del sistema solar. A lo largo del tiempo, esto ha provocado que Marte pierda la mayor parte de su atmósfera, pero lo que queda de ella, siempre está empujando contra el viento solar y desviando la mayoría de las partículas que fluyen alrededor del planeta. Sin embargo, cuando el viento solar disminuyó, no había nada contra lo que la magnetosfera pudiera empujar, por lo que “se disparó” hacia afuera al no tener la resistencia habitual.
Pero tan pronto como el viento solar volvió a la normalidad, empujó la magnetosfera de nuevo a su lugar. Un fenómeno similar ocurrió en la Tierra en 1999, cuando el viento solar “casi desapareció” durante tres días (del 10 al 12 de mayo), lo que permitió a nuestra atmósfera aumentar hasta 100 veces su volumen normal antes de volver finalmente a su tamaño anterior. Afortunadamente, este evento no causó ningún daño notable a corto o largo plazo a nuestro planeta.
Los investigadores creen que estas desapariciones repentinas del viento solar son el resultado de raros espacios en las partículas que fluyen. Estos espacios se producen porque las partículas inusualmente rápidas del viento solar a veces alcanzan o superan a las partículas que están delante, dejando un espacio donde normalmente estaría el viento solar.
En un estudio de 2008 publicado en Astronomy & Astrophysics, los investigadores vincularon el evento de expansión atmosférica de 1999 en la Tierra con un gran “agujero coronal” o brecha en la superficie solar, que apareció poco antes de que la atmósfera de nuestro planeta se hinchara. Los agujeros coronales tienen campos magnéticos más débiles que el resto del Sol, lo que permite que el viento solar salga más rápido de lo normal.
Los agujeros coronales podrían volverse más comunes en los próximos años a medida que el Sol alcance el pico explosivo de su ciclo de actividad de aproximadamente 11 años, conocido como máximo solar. Ya estamos empezando a ver pruebas de esto.
Fuente: LA RAZÓN ESPAÑA