El histórico delantero uruguayo anotó el único gol del equipo brasileño en lo que fue su último partido con el conjunto de Porto Alegro y luego dio detalles de cómo convive con los dolores físicos
Luis Suárez, la leyenda uruguaya del fútbol, se despidió de la afición de Gremio de Porto Alegre, en una jornada marcada por la emotividad y que culminó con un gol que significó la victoria de su equipo contra el Vasco de Gama por 1-0 en la penúltima fecha del Brasileirao. Este fue su último encuentro de local con la camiseta del club brasileño y, tras el triunfo, dejó impactantes declaraciones sobre su estado físico y su futuro dentro del fútbol profesional.
La jornada fue especialmente significativa ya que, más allá de anotar el gol decisivo para su equipo, que significó tres puntos clave en la recta final del campeonato, se trató de un adiós no solo a su club sino a una etapa de su vida como jugador en Brasil. Sin embargo, detrás de las cifras y los triunfos, Suárez reveló la realidad detrás de su rendimiento y el dolor que le acompaña día a día debido a una artrosis en la rodilla que le dificulta incluso jugar con su hijo. En una entrevista con el programa 100% Deporte de la radio Sport 890 de Uruguay, confesó la intensidad de su lesión y el tratamiento que requería antes de cada partido, admitiendo que su cuerpo le estaba pidiendo un cambio.
“En la parte externa de la rodilla derecha tengo una hiperextensión que hace que no me quede la rodilla extendida. Eso me quedó de la cirugía que me hice en 2020 en Barcelona en enero. Llevaba 3 meses trabajando y justo vino la pandemia, nos mandaron a encerrar y en el último mes terminé trabajando en mi casa solo. No es lo mismo que yo haga cuádriceps o trabajos que venga un fisio y te extienda bien la rodilla”, relató en una entrevista con la radio Sport 890, de Uruguay.
“Lo que siento es un pinchazo constante. La suerte que tengo es que no se me hincha la rodilla. Si me generara liquido no podría ni moverla. A veces se me traba, llega un limite que no la puedo doblar. Después de los partidos es impresionante. El día antes del partido me tomo tres pastillas, una al otro día a la mañana, y horas antes de jugar me pincho un Voltaren (antinflamatorio y analgésico)”, comentó sobre su día a día. “No es solo la rodilla. A veces me duelen los tendones de abajo por el mal apoyo. La espalda muchas veces me molesta pero por la forma de caminar por la renguera. Todos los días son trabajos diferentes, depende el dolor que sienta”, agregó el histórico delantero de la selección de Uruguay.
Con respecto a la posibilidad de cambiar a una competencia de menor exigencia física, El pistolero consideró: “Yo tengo que analizar mi vida a futuro. Porque va a llegar un momento, en 5 o 10 años quiera jugar con mis amigos al padel o jugar un fútbol 5 y no pueda por la artrosis. Hay que pensar todo”.
Mirando hacia el futuro, Suárez expresó que se ha ganado el derecho de decidir qué es lo mejor para él y su familia. “El que habla es mi cuerpo y el dolor que siento en el día a día es mucho. Me he ganado el derecho a decidir, a decir basta y a disfrutar del lugar en el que me toque jugar y de mis hijos, que tuvieron pocas vacaciones en el último tiempo y se quedaron conmigo apoyándome. Necesito descansar, disfrutar de la familia y el destino sabrá a donde me tocará en un futuro. Si voy a un club es para ganar, sino me retiraría. Uno es cabeza dura. Quiere seguir disfrutando”.
Los rumores sobre su próximo destino están en auge, y todo apunta a que el próximo equipo de Suárez podría ser el Inter Miami de la Major League Soccer (MLS), donde se reuniría con antiguos compañeros del FC Barcelona como Leo Messi, Sergi Busquets y Jordi Alba. Si se concreta este movimiento, Suárez sumaría una nueva aventura en su ya repleta carrera profesional, añadiendo la liga estadounidense a la lista de lugares en donde dejó su huella.
El jugador de 36 años dejará Gremio donde milita desde el pasado mes de enero, tras un recorrido profesional que le ha llevado por equipos de la talla de Liverpool, Barcelona y Atlético de Madrid, y se convertirá en agente libre. El delantero, conocido por su habilidad goleadora y su pasión en el terreno de juego, fue ovacionado por la multitud presente en el estadio, lo que lo llevó a derramar lágrimas durante la celebración.
La emoción fue palpable. Acompañado de su familia, el goleador recibió muestras de afecto incesantes de los hinchas, quienes adornaron el estadio con máscaras de su rostro, pancartas, y le dedicaron cánticos al finalizar el partido. El club también le rindió homenaje con un vídeo conmemorativo que se proyectó en el estadio y capturó algunos de los mejores momentos de su estancia en Gremio.
La carrera de Suárez en Gremio marcó un antes y un después para el club, elevándolo a competir en la élite del fútbol brasileño, tras jugar el descenso en 2022, y asegurándole un lugar en la próxima Copa Libertadores. Ahora, mientras se prepara para dar el siguiente paso en su vida profesional, el delantero charrúa se despide de Brasil dejando un gran presente y una huella imborrable en los corazones de la afición.
Fuente: INFOBAE