Salma Paralluelo adelantó a las de Jorge Vilda, empató Blomqvist en el minuto 88, pero justo después el misil de Olga Carmona permite a la selección pelear por ganar el Mundial
Salma Paralluelo, otra vez ella. El descaro de la juventud, la chica que lleva días diciendo que quieren ser campeonas, que no sirve con hacer historia llegando a semifinales, abrió el camino de la victoria, rompió la muralla de Suecia, pero todavía quedaba mucho camino por recorrer en poco tiempo. Porque como en cuartos, no supo mantener el resultado hasta el final la selección y vio cómo Blomqvist, que acababa de entrar al campo, empataba en el minuto 88. La semifinal del Mundial parecía destinada a la épica, a una nueva prórroga… No hubo de lo segundo, pero sí de lo primero: Olga Carmona, pura fe en sí misma y en sus disparos, enganchó el balón al borde del área y no se lo pensó, pese a que sus intentos anteriores se habían ido altos. Esta vez ajustó más: al larguero, bote y para adentro. Gol. EL GOL, pues deja a España a un paso de la gloria absoluta. La Roja está en la final del Mundial y sigue escribiendo una historia espectacular en este campeonato de Nueva Zelanda y Australia.
Jorge Vilda apostó por Alexia Putellas de inicio. Quería el balón España y no le importaba a Suecia que lo tuviera. Arrancó bien el equipo nacional con las llegadas de Olga Carmona por la izquierda, que o bien centraba, y una de las veces Alba Redondo estuvo cerca del gol, o bien tiraba directamente, como previa de la explosión de alegría que vendría después. Estaba sólo calentando, calibrando… Poco a poco el encuentro se fue pareciendo más a lo que quería el conjunto nórdico. Es un ladrillo Suecia: jugadoras muy físicas e imponentes que ganan casi todos los duelos. El dominio de España no se reflejaba en oportunidades porque las acciones morían a tres cuartos de campo. Alguna conducción de Aitana Bonmatí, siempre con el balón pegado al pie, pura elegancia, intentó romper el guion; también los cambios de juego de Mariona Caldentey, pero no llegaba la conexión con Jenni Hermoso ni el peligro. Ni en un lado ni en otro, porque hasta el tramo final las “amarillas” no amenazaron a Cata Coll. Con alguna recuperación más arriba, llegó el centro de Bjorn y el remate de Rolfo que obligó a la portera española a hacer una buena parada. Era la mejor ocasión del partido. También lanzó un par de córners inquietantes, pero poco más.
La semifinal era casi como una partida de ajedrez, muy mental, muy de que iban a pasar pocas cosas, y quien aprovechara su pequeño momento tocaría la gloria.
Siguió apostando Suecia por ir arriba tras el descanso y durante los primeros minutos de la segunda parte el encuentro cambió de dueño. Recuperaba rápido el balón el equipo de Gerhardsson y aprovechaba la velocidad de Kaneryd y la zancada de Rolfo. No le hace falta elaborar mucho, en dos pases está en el área contraria y busca el centro lateral. Tuvo que estar muy atenta Coll tanto para salir a los balones largos, como si fuera una líbero, como para despejar de puños. Jorge Vilda no tardó en agitar a su equipo con la mejor agitadora posible: Salma Paralluelo, la protagonista de los cuartos de final. Esta vez actuó en punta, no como extremo, y su velocidad tuvo una influencia inmediata en el partido. Volvió a meter a Suecia atrás y Alba Redondo estuvo cerquísima del gol, después de que Jenni se descolgara por el lado izquierdo y centrara. La delantera metió primero la bota como pudo, se iba fuera, Salma la peleó y centró atrás, y desde el suelo Alba remató como pudo y la pelota estuvo tan cerca del éxito que parte del estadio hasta cantó gol.
El encuentro volvía a estar en poder de España y Salma Paralluelo lo certificó con un gol, esta vez de lista, de rematar rápido en el área con la pierna derecha, la suya ¿mala? Besó esa bota Aitana Bonmatí. Es puro oro para España ese pie, pero Suecia no se iba a rendir y en la ofensiva final encontró la igualada con un cabezazo atrás de Hurtig y el chut impoluto de Blomqvist. Eran dos jugadoras que acababan de salir al césped. No le entró el miedo en el cuerpo a España. Es un equipo que cree en sí mismo. Era su primera semifinal, nunca había ganado a Suecia… Muchos motivos para contemporizar y pensar en la prórroga, para temblar incluso, pero no. Se lanzó al ataque otra vez la selección y dio a su rival de su medicina. Porque antes del partido el peligro nórdico, uno de ellos, eran los córners. Sacó de esquina España, pero no al área, lo hizo atrás por donde llegaba Olga para lanzar su misil que lleva directamente a la final. “Nos han empatado, ha sido duro, pero este equipo puede con todo”, resumió Paralluelo el sentimiento que tiene la Roja.
2- España: Cata Coll; Ona Batlle, Irene Paredes, Laia Codina, Olga Carmona; Tere Abelleira, Aitana Bonmatí, Alexia Putellas (Salma Paralluelo, 57′); Mariona Caldentey (Esther González, 90+), Alba Redondo (Eva Navarro, 73′) y Jenni Hermoso.
1- Suecia: Musovic; Bjorn, Andersson, Eriksson, Ilestedt; Asllani, Angeldahl, Rubensson (Hurtig, 88′); Kaneryd (Schouch, 77′), Rolfo y Blackstenius (Blomqvist, 77′).
Goles: 1-0 (81′): Salma Paralluelo. 1-1 (88′): Blomqvist. 2-1 (89′): Olga Carmona.
Árbitra: Edina Alves (Brasil). Sin amonestadas.
Incidencias: Eden Park, en la ciudad de Auckland, 43.217 espectadores.
Fuente: LA RAZÓN ESPAÑA