Afines al MAS y activistas se enfrentaron en las afueras de la casa de derechos humanos.
Amparo Carvajal aseguró la noche de este martes que no abandonará las instalaciones de la Asamblea Permanente de Derechos Humano de Bolivia (APDHB), hasta donde logró ingresar trepando una escalera en horas de la mañana. Afirmó que permanecerá en la terraza hasta recuperar los predios.
“No voy a salir de aquí”, dijo en un breve mensaje dirigido a los activistas que instalaron una vigilia en las afueras de la APDHB.
Carvajal aseguró que resistirá hasta recuperar los predios que fueron tomados el pasado 2 de junio por afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) a la cabeza de Edgar Salazar, a quien le recordó que le ganó la presidenta en dos oportunidades y que por lo tanto, tiene la legalidad para permanecer al frente de la institución.
“Yo gané a Edgar Salazar en dos oportunidades y eso él no me perdona. Sus ojos me dicen me vengaré Amparo (…) Yo ahora resistiré aquí hasta que me devuelvan, no solamente la sede, sino el edificio de la calle Oruro”, afirmó la defensora de derechos humanos.
Enfrentamientos
En horas de la noche, activistas que apoyan a Amparo Carvajal de 84 años y grupos afines al MAS se enfrentaron en las afueras de la asamblea. El grupo de activistas respaldó la iniciativa de la defensora de derechos humanos y le impulso a permanecer en la terraza hasta recuperar las instalaciones e incluso instalaron una vigilia. E incluso, parlamentarios de oposición intentaron sin éxito llegar a través de una escalera hasta Carvajal, pero los efectivos policiales impidieron esa hazaña.
Sin embargo, minutos más tarde un grupo de afines al MAS arribó hasta el lugar y protestaron contra la defensora octogenaria. Hubo minutos de tensión entre ambos bandos. La Policía tuvo que intervenir.
El pasado 2 de junio, Edgar Salazar junto a un grupo de personas tomó por la fuerza el edificio de la APDHB, logrando desalojar al grupo de Amparo Carvajal que en ese momento no estaba en el edificio, además la justicia lo favoreció para quedarse en el edificio.
Desde ese tiempo, la defensora de derechos humanos que tiene 84 años y padece un enfermedad crónica decidió entonces instalar una vigilia permanente y se puso enfrente de la puerta trasera de la institución.
Fuente: ANF