La Policía boliviana recuperó un camión que fue robado en Calama el 26 de junio y atrapó a 14 personas implicadas en este hecho. Además, identificó a tres cabecillas. Están acusados por intento de asesinato.
Fueron recibidos con disparos de armas de fuego y pedradas. Uno de esos proyectiles impactó en la columna vertebral de Mario Bello Marañao, el camionero chileno que fue hasta Challapata para recuperar el motorizado que le fue robado hace tres semanas. Tras el ataque, la Policía desplegó 250 agentes para atrapar a los responsables y recuperar el camión, mientras que las autoridades chilenas demandaron un “diálogo técnico” para frenar el tráfico de vehículos robados hacia Bolivia
El operativo permitió la captura de 14 personas y fue coordinado con el vecino país, cuyos servicios de Inteligencia proporcionaron información. El fiscal de Oruro, Aldo Morales, anticipó que serán imputados por “intento de asesinato”. Hipólito Mamani, alias el ‘el viejo’ y Omar Mamani, alias ‘el escáner’, fueron identificados como los principales responsables
Desde el 26 de junio, cuando le arrebataron su camión, Mario y sus hijas se movilizaron para recuperarlo. El motorizado, un tracto camión amarillo con una tolva azul de tres ejes, pasó la frontera el 1 de julio e ingresó a territorio boliviano por un paso ilegal próximo al Hito Cajones. Los propietarios siguieron las huellas del motorizado, indagando en los poblados fronterizos; intentaron poner una denuncia por robo en Uyuni y Oruro, pero la Policía no los atendió, según lamentaron.
Bello y su familia llegaron el 6 de julio a La Paz para pedir ayuda. Tocaron varias puertas, incluida la de su Consulado General. El sábado, tras recibir datos sobre el paradero de su camión, don Mario y uno de sus colaboradores, Luis Alfredo Anza, tomó su vehículo, una vagoneta roja, y viajó hasta la población de Challapata. El sitio está en Oruro y es conocido por acoger vehículos robados y ‘chutos’, de esos que son adquiridos sin papeles en la Zona Franca de Iquique para ser revendidos en el país.
Pero poco antes de llegar al poblado, fueron atacados. Primero fueron piedras y luego balas; una de ellas impactó en la espalda de don Mario y lo dejó parapléjico. Los otros impactos de los proyectiles, cuyo calibre aún no fue determinado, quedaron grabados en la carrocería del vehículo. Luis Alfredo Anza, el acompañante, logró huir y fue hallado sin lesiones en Uyuni, según un reporte del ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo. La autoridad negó que haya sido “secuestrado” por los comunarios tras el ataque.
Una de las hijas de Mario, desesperada, aseguró el sábado que lo “primero es la vida” e, incluso, dejó abierta la posibilidad de abandonar el rescate del camión
El cónsul general de Chile en Bolivia, Fernando Velasco, valoró la coordinación con el ministro Del Castillo y mencionó que esto debería servir para evitar otros sucesos trágicos. “Esta es la demostración más evidente de que este es un tema que necesita ser abordado, aunque sea de manera técnica, por los dos gobiernos. Me parece que esto fue como (una) alerta de cosas que podrían seguir pasando si es que no actuamos como lo hicimos hoy, de manera coordinada, procurando el diálogo que va en beneficio de nuestros propios pueblos”, subrayó.
“Si hubo coordinación entre Chile y Bolivia, esto se tiene que mantener para detener el continuo robo de vehículos en la región de Antofagasta a Bolivia. Tenemos que terminar con ese tráfico de vehículos robados”, dijo el gobernador de esa región, Ricardo Díaz.
Según el Grupo de Búsqueda de Vehículos (GBV) de Chile, unos 5.000 autos robados en su país estarían en territorio nacional. Hugo Bustos, responsable de esa organización cuestionó en varias ocasiones el trabajo de la Policía.
“Es en Chile donde se producen este tipo de hechos y en Bolivia, entrecomillas, es donde hay incautos quienes adquieren estos bienes, sabiendo que provienen de delitos. Corresponde que generemos mayor control y eso es lo que está haciendo el Comando de la Policía de Oruro”, señaló el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera a la prensa.
Fuente: EL DEBER