La Policía y la Fiscalía desplegaron operativos en Challapata, luego de conocerse la desaparición de un ciudadano chileno, que había llegado con su suegro a buscar un tractocamión robado en la localidad de Calama hace un mes. El fiscal departamental de Oruro, Aldo Morales, explicó que de cuatro personas que ingresaron a Challapata, hay un herido que está en terapia intensiva en esta ciudad.
“Los médicos están estabilizando al ciudadano herido, a objeto de realizar una operación que permita extraer la bala que está en su espalda; también existe otro ciudadano que, en el momento del ataque, escapó. Se está haciendo un rastrillaje en toda la zona, además de realizar conversaciones con autoridades originarias del lugar para encontrar al desparecido y poder traerlo”, dijo el fiscal en contacto telefónico.
El jueves dos muchachas arribaron hasta la ciudad de La Paz y denunciaron que, hace un mes, robaron a su padre un tractocamión de color combinado azul y amarillo. Rastrearon el vehículo hasta llegar a la frontera con Bolivia y decidieron venir a rescatar el motorizado.
Según la versión del fiscal Morales, los ciudadanos chilenos contrataron a dos personas de nacionalidad boliviana, que oficiaron de guías, y que recibieron una llamada en la que les indicaron que el camión estaba en Challapata.
El jefe policial de esa localidad, el suboficial Marcelo Mamani, informó escuetamente que el comando departamental de la Policía encabezó los operativos, y dijo que debe ser esa instancia la que debe informar sobre los pasos que se dieron hasta el momento.
Según los informes de la Policía hay 250 efectivos desplazados en la zona y trabajan para dar con dos camionetas, una roja y otra negra, que fueron las que interceptaron al vehículo de los ciudadanos chilenos y balearon el automotor, provocando dos heridas en el dueño del camión.
Los ciudadanos ya recurrieron a su consulado para pedir ayuda sobre este caso, que empezó como el rastreo de un camión robado y acabó en un hecho de sangre, pues el mismo fiscal admitió que la población de Qaqachakas, aledaña a Challapata, es considerada zona roja y no existe autoridad alguna.
Los qaqachakas son campesinos originarios del lugar y en Challapata son conocidos como “mexicanos”, por los enormes sombreros que lucen en su vestimenta originaria. Esta comunidad también es considerada como centro de operación de narcotráfico, aunque las autoridades no intervinieron hasta el momento.
En Challapata está asentado el regimiento “Félix Méndez Arcos”, que es una unidad de elite del Ejército boliviano. En octubre de 2012 realizaron un gigantesco operativo, que permitió la toma del pueblo, y que se desbarataran las bandas de ‘chuteros’ y narcotraficantes. La vigilancia militar duró cuatro meses, al cabo de los cuales, los militares devolvieron el control a la Policía; desde entonces el comercio ilegal de vehículos se trasladó a la comunidad de qaqachakas.
Fuente: EL DEBER