Ademar R.G., de 23 años, procesado por parricidio, enfrenta una posible condena de 30 años de cárcel.
Pedro R.Q., de 51 años, fue asesinado por su hijo Ademar R.G., de 23 años, la madrugada del martes 27 de junio en su hogar ubicado en el Sindicato Chipiriri, en el municipio de Villa Tunari, en la región del Trópico de Cochabamba. El crimen ha sido catalogado como parricidio, según informó el subcomandante departamental de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), Edson Coca.
El jefe policial dio a conocer que Ademar R., hijo de la víctima, ha sido aprehendido. Según la declaración del investigado, él volvió a casa durante la madrugada y encontró a su padre consumiendo alcohol con una mujer, lo que provocó una discusión que finalizó en una pelea entre ambos. Ese es el intento de justificación del acusado.
Ademar sometió a su padre y lo dejó inconsciente en la vivienda, creyendo supuestamente que estaba desmayado, para luego abandonar el lugar. Horas más tarde, la esposa de Pedro R. llegó a la casa y lo encontró sin signos vitales. Ella comunicó el hecho al presidente del Sindicato y posteriormente a la Policía, lo que condujo a la aprehensión del joven por presunto parricidio, un delito que conlleva una sentencia de 30 años de prisión sin derecho a indulto. Actualmente, se encuentra a la espera de su audiencia de medidas cautelares, en la cual un juez determinará su situación legal.
El artículo 253 del Código Penal en Bolivia establece que aquel que mate a su padre, madre, abuelo u otro ascendiente en línea recta, sabiendo quién es, será condenado a una pena de 30 años de prisión, sin derecho a indulto. Esta es la pena máxima que se aplica en el país.
Fuente: OPINIÓN