Los jefes de Estado y de Gobierno del G7 han empezado a llegar a Japón, sede de una cumbre que volverá a tener la guerra en Ucrania como punto destacado de la agenda y a la que las autoridades niponas quieren dotar de especial simbolismo celebrándola en la ciudad de Hiroshima, vestigio histórico de la utilización de armas nucleares en un conflicto.
El Gobierno japonés ha movilizado a unos 24.000 efectivos de seguridad para resguardar esta cumbre, ante la preocupación suscitada por el asesinato en julio de 2022 del ex primer ministro y el estallido de una bomba de humo en abril de este año en un acto del actual jefe del Ejecutivo, Fumio Kishida.
Las autoridades han restringido la movilidad en ciertas zonas e incluso suspendido las clases para evitar problemas de circulación. Entre los lugares cerrados figura el parque homenaje a las víctimas del ataque nuclear, que los líderes internacionales prevén visitar en el primero de los tres días de cumbre.
Uno de los primeros en llegar ha sido el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ha aterrizado este viernes. A él se sumarán, además del primer ministro local, los principales representantes políticos de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá, con vistas a hablar de los principales temas políticos y económicos de la agenda internacional.
Las relaciones con China, la protección del medio ambiente o el desarme nuclear se colarán entre los temas a debatir, si bien Ucrania ocupará un papel destacado. De hecho, se espera un discurso del presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, que ya ha participado previamente en otros foros similares, invitado por algunos de sus principales aliados internacionales.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, ha confirmado a la prensa de camino a Hiroshima, que los líderes hablarán de las sanciones contra Rusia y de los pasos que puede dar el G7 de manera “colectiva” para reforzar la aplicación de estos castigos, con vistas a “cerrar las lagunas” que puedan servir como coladero.
Sullivan, sin embargo, ha descartado de antemano que Biden pueda aprovechar el simbólico marco del G7 para disculparse en nombre de Estados Unidos por el lanzamiento de la bomba nuclear sobre Hiroshima en 1945. “No es un momento bilateral”, ha alegado el asesor, que se ha limitado a aludir a la participación del presidente en los acto de homenaje a víctimas.
Fuente: Europa Press