El martes 9 de mayo, familiares de las víctimas señalaron que la Policía eliminó datos de los celulares de las víctimas, utilizando la huella dactilar del sargento fallecido para desbloquear el teléfono.
El 21 de junio de 2022, el sargento mayor Eustaquio Olano, el sargento primero, Alfonso Chávez Flores y el voluntario del Gacip, José David Candia Orozco, fueron ejecutados a sangre fría en la comunidad El Cuchi en el municipio de Porongo en Santa Cruz. Desde entonces se han generado muchas preguntas y pocas respuestas fueron vertidas en torno a este caso.
La muerte de los uniformados conmocionó al país y tras el hecho, la Policía Boliviana desplegó un contingente de efectivos por toda la zona, incluido un helicóptero que sobrevoló el área para dar con el paradero de los responsables; horas más tarde el excomandante general de la Policía Boliviana, Jhonny Aguilera brindaba una conferencia de prensa para dar conocer un informe preliminar de los hechos en el que se supo que los policías murieron estando de rodillas y no así en medio de una balacera, como se dijo al principio; también se informó que quien habría ordenado su ejecución fue Misael Nallar, yerno del conocido narcotraficante Jesús Einar Lima Lobo, conocido como el “pez gordo del narcotráfico” que fue extraditado en 2021 a Brasil para ser sentenciado a 14 años de cárcel por el delito de tráfico internacional de drogas.
Luego del asesinato de los efectivos policiales, Nallar se cortó la barba y el cabello con el fin de huir, se trasladó en su avioneta particular hasta el departamento de Beni, pero posteriormente se entregó voluntariamente a la Policía.
También fueron implicados Rodrigo Gonzales Arrázola; el ciudadano colombiano Esteban Beltrán Muñoz, detenido en la cárcel del abra de Cochabamba
Paralelamente a la investigación por asesinato, se abrió una nueva por el delito de legitimación de ganancias ilícitas contra Nallar Viveros.
La justicia ordenó el 12 de agosto de 2022, que Widen Nallar sea recluido por 180 días en la cárcel de Palmasola. El hermano de Misael Nallar es acusado de proporcionar las armas de grueso calibre para asesinar a los tres uniformados en Porongo.
De acuerdo con la relación de hechos, los policías se encontraban patrullando, cuando su vehículo se enfangó y recibieron la asistencia de un teniente y un mecánico para sacar el coche.
Según la policía en el lugar había un grupo de personas consumiendo bebidas y aparentemente otras sustancias, realizando maniobras con vehículos tipo terix. Los abatidos habrían intervenido la celebración, incluso usando un gas, lo cual habría generado la ira de quienes estaban con los vehículos, que los habrían atacado con piedras.
Sin embargo, en el cuadernillo de investigación que presentaron los fiscales Marcos Arce y Luis Alfredo Alba al juez Rodrigo Vedia, se detalla la declaración de testigos protegidos, quienes aseguraron que las personas que participaron en el triple crimen son Misael Nallar Viveros, Widen Nallar, Édgar Dorado Menacho apodado ‘Jefe’, y Jassier Góngora Montero.
Armas que fueron repartidas a su hermano Misael, Jassier Góngora y a Édgar Dorado. Posteriormente, llegó otra persona y les entrega chalecos y gorras con el distintivo de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) a los cuatro involucrados.
Es así que los dos hermanos Nallar junto a Dorado abordan la vagoneta Toyota Rush para buscar a los dos uniformados y al miembro del Gacip para acribillarlos. Góngora sale detrás en una motocicleta color rojo y blanco. En el escenario estaban también el abogado Rodrigo Gonzáles Arrazola y el colombiano Esteban Beltrán Muñoz.
El martes 9 de mayo, familiares de los uniformados acribillados en el triple asesinato, denunciaron que la Policía recién entregó los celulares de los efectivos después de 10 meses y se dieron cuenta de que habían eliminado fotos y videos tomados el día del crimen.
Según los denunciantes, acudieron a un experto en informática para corroborar qué había pasado con la información, y grande su sorpresa al descubrir que las imágenes y videos tomados el 21 de junio de 2022, día asesinato, fueron eliminados.
La familia de las víctimas exige justicia y pide que se investigue a fondo este hecho para que se haga justicia por el triple asesinato.
El padre de José David Candia señaló que su hijo tenía todo grabado el día del atroz crimen, y que ahora no aparecen en su teléfono celular. “Lo encontramos todo borrado, porque el día del asesinato yo le dije a mi hijo graba todo y de los que te están llamando, él grabó todo. Recién me han entregado el teléfono el 12 de marzo, no quería entregarlo la Policía porque decían que no sabían dónde estaba”, lamentó el progenitor.
Finalmente, las circunstancias en torno a este caso continúan siendo objeto de investigación, y se espera que las autoridades puedan esclarecer completamente lo sucedido y se haga justicia.
Fuente: RED UNO