La Fiscalía inspeccionó el lugar del hecho y colectó evidencias, entre ellas una cámara GoPro y cuerdas. Más de 10 personas ya prestaron sus declaraciones.
Los destacados cadetes Cristian Alexander López Viamont y Erlan Ángel Condori Calle sobrevivieron de milagro a una caída de más de 20 metros de altura luego de un fallido “salto de la muerte”. Uno de ellos pudo grabar el accidente con una cámara GoPro que tenía instalada en su casco, equipo que se ha constituido en una “prueba valiosa” en la investigación. Por el caso hay militares “bajo la lupa”; dos ya tienen detención preventiva, por cuatro meses, por presunto delito de lesiones gravísimas.
El martes 18 de abril, la celebración por el 132 aniversario de reapertura del Colegio Militar del Ejército “Cnl. Gualberto Villarroel” en la zona de Irpavi, La Paz, terminó en desgracia. Todo comenzó cuando el último grupo se alistaba para la demostración de “eficiencia combativa”. Cuatro cadetes para el salto “frente al valle” y dos, los accidentados de 21 y 23 años, para el “de la muerte”.
Yerson B.A.M., David M.Q., Enrique A.S. y Rodrigo T.Z. ya estaban listos en la parte frontal de la torre multipropósito para realizar el salto “frente al valle”. Tenían la mirada al piso y se encontraban debidamente anclados. Por el contrario, sus camaradas, ubicados en los laterales, tenían problemas con su anclaje. Y, aparentemente, no habría existido una buena organización y coordinación.
VIDEO FILTRADO
Hace una semana, se viralizó un video donde se escucha la voz de una de las víctimas y de quien sería su instructor.
En la grabación se oye parte de la conversación.
– “Condori ¿ya estás?”, pregunta el que sería el instructor.
– “Nosotros aparte, dice”, responde el cadete.
– “Juntos saltan, de una vez”, ordena el primero.
– “Nadie me está anclando, mi teniente”, informa el estudiante de cuarto año.
– “Quiero saber si está bien. Mi teniente, mi teniente está mal anclado”, insiste el cadete, pero ya era tarde. Se oye la señal y los asignados a esa “demostración de eficiencia combativa” realizan el descenso de la torre multipropósito que tiene una altura de unos 22 metros.
Primero bajaron los asignados al salto “frente al valle” y luego lo hicieron los cadetes López y Condori, pero cayeron al piso, distantes de las colchonetas.
El “salto de la muerte” es una prueba de confianza. El militar que la realice debe pasar por una etapa de entrenamiento especializado, donde quede suspendido a unos dos metros o un metro y medio del suelo.
Tras la fallida demostración que dejó dos heridos, las Fuerzas Armadas han decidido sacar del plan de ejercicios al “salto de la muerte”. Asimismo, el Comando General del Ejército inició un sumario informativo a 18 personas; 15 militares y tres profesionales de salud.
¿SUSPENDIERON EL “SALTO DE LA MUERTE”?
Para los familiares de los cadetes heridos, las pruebas son claras. Ellos estaban entre el público el día trágico y, según sus testimonios, el maestro de ceremonia generó interés por el “salto de la muerte”.
Por el video filtrado, aseguran que sus hijos solo obedecieron órdenes superiores. No obstante, el teniente Juan José P.A. y el capitán Manfred Álvaro H.N., miembros del Ejército, declararon que el “salto de la muerte” quedó suspendido, por lo que los cadetes habrían actuado por cuenta propia desobedeciendo a sus instructores. Ante esas aseveraciones, los familiares expresaron su indignación puesto que sus hijos son estudiantes destacados y disciplinados e incluso uno de ellos, el cadete López, recibió del ministro de Defensa, Edmundo Novillo, el cordón carmesí por haber obtenido el mejor promedio del Colegio Militar. El joven estaba siendo galardonado unos 30 minutos antes de la desgracia.
Tres militares estaban a cargo de las demostraciones de “eficiencia combativa”. Manfred Álvaro H.N., comandante de la Sección de Ingeniería; Juan José P.A., instructor y encargado del anclaje en lo alto de la palestra y el teniente Rolando S.Q., responsable de la detonación de explosivos.
Según documentos filtrados, el capitán Manfred H. declaró: “Inicialmente estaba con la compañía de asistencia, pero los cadetes se encontraban al mando del teniente Juan José P. para realizar el anclaje de las diferentes cuerdas en la palestra para la ejecución de las maniobras del descenso táctico. No recuerdo la hora, yo me encontraba por inmediaciones del furrielato, donde estaba indicando a los cadetes que se alisten para la demostración, al finalizar esa actividad llegó el brigadier de cuarto año de Ingeniería, Cristian López, al cual le indiqué no vas a saltar, más que realice el descenso de ingreso a ambientes, el mismo me respondió ‘es su orden mi capitán, no se preocupe’ e inmediatamente él subió a lo alto de la palestra, se ejecutaron los saltos sin novedad, ya finalizando existían dos cadetes en la palestra, los cuales ya no debían ejecutar el salto. Lo que indica el teniente Juan José P. es que les ordenó a los dos cadetes que no ejecuten el salto, pero vi que el brigadier López saltó e impactó con el piso. De inmediato se procedió a socorrerlo y fue evacuado junto al cadete Condori Calle”.
La versión del teniente Juan José P. es similar. Por medio de su abogado, Ricardo Maldonado, hizo conocer que ordenó a los dos cadetes que ya no realicen el “salto de la muerte”. Para el jurista, los estudiantes no cumplieron las órdenes e hicieron el salto, pero calcularon mal la extensión de la cuerda e impactaron al suelo.
Hay contradicciones. Maldonado conoció por su cliente que el capitán Manfred H. dio la orden tres veces para que los cadetes no salten, pero por radio. No mencionó la instrucción que habría sido verbal a López, según el testimonio del militar ante la Policía.
¿QUÉ DECLARARON LOS CAMARADAS DE LAS VÍCTIMAS?
Los cuatro cadetes que hicieron el salto “frente al valle”, antes del descenso de López y Condori, declararon que los instructores suspendieron el “salto de la muerte”.
El testimonio de uno de los estudiantes dice: “Teníamos que realizar el salto los seis en conjunto. Los cuatro ya estábamos listos para el descenso. Los otros dos estaban midiendo la cuerda y anclaje para realizar el ‘salto de la muerte’, pero mi capitán Manfred H. indicó que ya no se ejecute el salto, que solamente lo hagamos los cuatro, quienes llegamos sin novedad. Y, de repente, escuchamos que los cadetes López y Condori gritan sus lemas y luego saltan. Los vi en el piso”.
Otro de los jóvenes declaró: “Antes del ejercicio debemos anclarnos (…) el encargado de verificar los anclajes es el teniente Juan José P., quien debe revisar que todos estén anclados. Antes de nuestro descenso ha verificado y ordenó que los cadetes López y Condori no desciendan porque no estaban aún anclados. Nosotros ya estábamos en puerta, colgados para realizar el descenso. El teniente dio la voz de mando para que los cuatro hagamos el descenso. Una vez en el piso me encontraba en posición de arrodillado al frente de la palestra con vista al público. De pronto, escuché la voz de mi camarada López que gritó su lema y luego escuché un golpe y corrió su hermano que estaba en medio del público”.
Los testimonios de los otros dos cadetes coinciden.
¿QUIÉN DEBÍA CONTROLAR LA CUERDA DE SEGURIDAD?
El capitán Manfred H., consultado sobre quién debía hacer el control de seguridad, respondió que el encargado era el teniente Juan José P., quien se encontraba en la torre multipropósito.
“El anclaje de la cuerda de seguridad y el descenso en ocho es realizado por el teniente Juan José P.”, declaró.
Los cuatro cadetes que hicieron el salto “frente al valle” también apuntaron al teniente Juan José P. como el responsable de anclaje y seguridad.
DEL SUEÑO A LA PESADILLA
Cristian López y Erlan Condori son estudiantes de cuarto año. Destacados por sus promedios y disciplina en el Colegio Militar.
La mamá de Cristian manifestó que su hijo no ha hecho más que esforzarse todo este tiempo para ser el mejor estudiante del Colegio Militar. Lo consiguió. El ministro de Defensa, Edmundo Novillo, le hizo entrega del cordón carmesí poco antes de la desgracia. Él estaba muy contento y su familia orgullosa de sus logros.
Su camarada, Erlan Condori, soñó desde niño con ser militar. Su papá dijo que le gustaba vestir uniforme y lamentó que a un paso de cumplir su sueño haya sido víctima de “negligencia”.
Actualmente, Cristian (de 21 años) y Erlan (23) se encuentran hospitalizados en una clínica de La Paz, donde les dieron 120 y 70 días de incapacidad médico legal, respectivamente. Llegaron con múltiples fracturas y se encuentran con vida de “milagro”.
Algunas personas los han denominado los “cadetes milagro”. Cristian sufrió una perforación de pulmón, daño en la columna y fracturas en las piernas. Presentó mejorías, pero se encuentra en shock. Estaba ansioso por volver al Colegio Militar, por lo que los médicos no tuvieron otra opción que conversar con él y hacerle conocer su diagnóstico. Debe atravesar aún por varias cirugías para recuperarse. Él prestó su declaración informativa, pero no ofreció detalles probablemente por su delicado estado, sin embargo, su familia aseguró que se subordinó a sus superiores.
En tanto, Erlan se encuentra con un respirador artificial en terapia intensiva. No ha podido conversar con sus seres queridos. Su papá contó que despertó después de la tragedia, pero, al día siguiente, los médicos tuvieron que sedarlo para continuar su tratamiento. Desde entonces, no ha despertado, pero se encuentran en oración por su recuperación.
Para su familia debe ampliarse los días de incapacidad.
La vida de los padres de los cadetes dio un giro inesperado. Desde hace 12 días viven prácticamente en la clínica, pendientes de sus hijos. Por el caso, el teniente Juan José P. y el capitán Manfred H. han sido enviados preventivamente, por cuatro meses, al penal de San Pedro de La Paz. La autoridad jurisdiccional ordenó que los imputados cumplan la medida en distintos espacios para no entorpecer las investigaciones. Los familiares piden que los responsables sean sentenciados.
Fuente: OPINION.BO