Mientras un centenar de personas han muerto o desaparecido en Perú desde principios de 2023 debido a las lluvias torrenciales (85 muertos y 14 desaparecidos el 20 de abril según el Instituto Nacional de Defensa Civil), el coste de los daños – por el momento – asciende a 983 millones de dólares, según el Ministro de Economía y Finanzas. En la ciudad de Piura, los habitantes están agotados por la catástrofe climática.
Con nuestro corresponsal regional, Eric Samson
En el país, más de 300.000 personas han sido afectadas por las inundaciones, 6.600 casas han sido destruidas, 13.000 ya no son habitables y 171 escuelas han sido destruidas. Ante la lentitud de los rescates, la población protesta, sobre todo en Piura, ciudad que se declaró en huelga el pasado martes.
Se suponía que iban a durar un siglo: puestas en servicio a finales de 2022, sólo habrán durado unos meses, ya que las losas de hormigón del muro que debe proteger la ciudad de Piura de las inundaciones han empezado a romperse bajo el impacto del agua. Este es otro motivo de enojo de personas como la periodista Cindy Chanduvi: “Vemos ministros de Estado que sólo llegan a Piura, recorren algunos lugares y simplemente se van. Se exigía que al menos que la ministra de Vivienda, que es la asignada a esta región del norte del Perú, se quede aquí para que gestione”.
Tras los graves fenómenos de El Niño costero de 1983, 1998 y 2017, el Estado puso en marcha un plan de reconstrucción para proteger la infraestructura de la zona norte del país. Seis años después, este programa tiene pocos resultados, lo que no sorprende a Abraham Levy, director de la empresa Ambiental Andina, especializada en estudios climáticos: “No, no ninguna sorpresa. Tengo 61 años, llevo 25 años presentando el clima en televisión y radio y esta historia es la misma hace 25 años. Cambian los actores, nada más”.
Aunque el gobierno ha anunciado la compra de 200 bombas para Piura, la ciudad espera una semana difícil, ya que se prevé que las lluvias extremas duren hasta el 26 de abril.
Fuente: RFI