El Salar de Uyuni es el desierto de sal más grande del mundo, la joya turística de Bolivia. El atractivo natural recibe a miles de visitantes, entre extranjeros y nacionales, cada año. Sin embargo, el último conflicto que se desató en dicha región lanzó la alerta sobre las amenazas contra el principal destino de la industria blanca nacional.
En el feriado largo por Semana Santa, el pasado 7,8 y 9 de abril, en redes sociales circularon videos en los que se observó cómo pobladores de la comunidad de Colchani presionaban a los propietarios de cuatro hoteles de sal: El Palacio de Sal, Hotel Cristal Samaña, Hotel Quechua y Luna Salada. Los turistas fueron retenidos e impedidos de llegar hasta su hospedaje.
Los empresarios hoteleros expresaron su preocupación, ya que se ven afectados por las medidas de presión que toman dichos comunarios, quienes exigen el pago de un “aporte voluntario” que supuestamente no fue honrado por tres años.
Rodrigo y Darío Lora, propietarios del Hotel Luna Salada, exigieron la intervención de autoridades para regular estos cobros irregulares y pidieron potenciar las visitas al Salar. “No es un hecho aislado, la llegada de nuevos huéspedes a Bolivia afecta a todo el país, no solo al Salar de Uyuni, es algo muy complicado que a lo largo nos va a afectar a todos”, indicó Darío, quien alerta que la presión de la dirigencia de Colchani es parte de una peligrosa tendencia.
El espejo más grande del mundo y principal potencial turístico del país se ve afectado. Aquella presión de Colchani hizo que turistas extranjeros cancelen sus reservaciones en los hoteles de sal. Los visitantes temen que se atente contra su seguridad personal.
“Los turistas, los extranjeros, traen divisas a Bolivia, traen dinero, crean trabajo y eso va a ver afectado por esta situación porque van a ver como un punto de conflicto el Salar de Uyuni”, recalcó Darío, propietario del Hotel Luna Salada.
Según hoteleros, en los últimos tiempos Uyuni es visto como un lugar conflictivo debido a dichos cobros irregulares de parte de comunarios y también comentan que el problema incrementará cuando se lleguen a las etapas definitorias para la explotación e industralización del litio.
“Lamentablemente, las embajadas a Uyuni ya no la ven con buenos ojos por los conflictos que están pasando, es una pena y una lástima que después de la pandemia, las empresas de turismo, tratamos de aportar al país y que pasen estas cosas, quedamos mal”, dijo Darío.
Otro de los puntos donde se reportan cobros irregulares es en la Reserva Eduardo Avaroa, una Área Protegida en Uyuni, principalmente para la protección de flamencos, vicuñas y suris. Es un sitio donde están ubicadas las lagunas de colores; Colorada, Verde, Blanca y Negra. Paisajes muy llamativos a la vista del mundo.
José Luis, presidente de la Cámara de Operadores de Turismo Receptivo, denunció que comunarios de Quetena Chico, Uyuni, cobran Bs 25 a transportistas por el ingreso a la Reserva Eduardo Avaroa para una supuesta reparación y mantenimiento de vías en ese sector.
“Decidieron cobrar Bs 25 por el ingreso a la reserva, son Bs 25 que cobra la comunidad Quetena Chico por viaje que realizan los transportistas, si ingresamos dos veces es Bs 50, más de 93 socios son afectados”, lamentó José Luis Escobar.
En este contexto, embajadas de diferentes países expresan su preocupación por lo que ocurre en el Salar de Uyuni, hicieron llamadas de emergencia a hoteleros, por el bienestar de sus compatriotas y viendo al espejo de sal como un sitio conflictivo y ya no turístico.
“El día de los incidentes no paraban las llamadas de las embajadas, querían saber ¿qué pasaba con sus huéspedes? ¿Cuál es la situación? ¿Qué ha pasado? Obviamente, esto afecta al turismo”, lamentó Darío Lora, propietario de Luna Salada.
La disminución de visitantes afectaría a una cadena de sectores dedicados al turismo: artesanos, hoteleros, guías turísticos, trasportistas, restaurantes y principalmente la comunidad de Uyuni. “No solamente quedan mal los comunarios u hoteleros, quedan mal las agencias de turismo, operadores, todas las personas que trabajan en este rubro”, añadió.
Por su parte, Rodrigo Lora, manifestó que la pérdida económica en Semana Santa fue alta, ya que varios turistas cancelaron su llegada y hoy seguimos recibiendo llamadas para anular reservaciones. “No podemos cuantificar, seguimos cancelando reservas, sí es un daño considerable, no solamente al hotel, es un daño considerable a los tres hoteles, a los operadores de Uyuni y a la economía de Uyuni, que produce las cancelaciones”, señaló Rodrigo.
En ambos casos donde se reportan este tipo de cobros irregulares en la comunidad de Uyuni, los entrevistados no tienen la certeza de a dónde va destinado el monto económico recabado, ya que el fin del cobro es aparentemente para el arreglo de vías, construcción de canchas o beneficios a la comunidad, cambios que no son evidentes en Uyuni.
Fuente: URGENTE.BO
