Los exmandatarios Sebastián Piñera, Michelle Bachelet y Ricardo Lagos acudieron al responso de Daniel Palma, el tercer carabinero asesinado en 23 días. Boric anunció un aumento de 1.500 millones de dólares para mejorar las acciones contra el crimen organizado
El asesinato del carabinero Daniel Palma, de 33 años, de un disparo en la cabeza cuando iba a fiscalizar un coche en pleno centro de Santiago, ha conmocionado a la sociedad chilena, que ha salido a las calles a repudiar el homicidio, respaldar a la policía y despedir al funcionario. El presidente Gabriel Boric acudió a su responso y, en una señal de unidad, se sumaron los expresidentes Sebastián Piñera (que gobernó entre 2010 y 2014 y entre 2014 y 2018), de derecha, y los socialistas Michelle Bachelet (2010-2014 y 2018-2022) y Ricardo Lagos (2000-2006). Se sentaron juntos en la misma banca de la iglesia institucional junto al fiscal nacional, Ángel Valencia, la ministra del Interior, Carolina Tohá y el general director de Carabineros, Ricardo Yáñez. Es una imagen inédita en el país sudamericano, que refleja la urgencia y la necesidad de cohesión política ante la grave crisis de seguridad que se vive tras la irrupción de una delincuencia armada como nunca antes. Ante ello, y ya en el Palacio de La Moneda, Boric anunció un aumento de 1.500 millones de dólares para la acción del Estado en contra del crimen organizado, cuya mayor parte será destinada a fortalecer la protección de los funcionarios policiales y material seguro. “Es la hora de actuar unidos y así lo estamos haciendo”, señaló el mandatario.
Boric acudió al responso junto a la ministra Tohá. El mandatario se arrodilló ante la madre del carabinero y mantuvo un abrazo durante varios segundos. “¡Me mataron a mi hijo! Me lo mataron, me lo mataron”, decía la mujer entre sollozos. Palma es el tercer policía asesinado en Chile en 23 días. Su muerte se suma al crimen, hace apenas 11 días, de la sargento Rita Olivares, a quien un grupo de delincuentes que robaba una casa le disparó en la cabeza. Poco antes, el 15 de marzo, el cabo Alex Salazar fue atropellado intencionalmente durante una fiscalización en el sur del país.
“Miserables (…) teman, porque los vamos a detener”, dijo el general Yáñez en el responso.
El nuevo mártir de la policía, como ha sido denominado en Chile, tenía nueve años de servicio. Estaba casado con una carabinera, que está embarazada, y tenía un hijo de cuatro años. Por la mañana, los vecinos de la cuarta comisaría de Santiago, donde Palma era motorista, se acercaron para poner velas, llenar de flores el recinto y dar las condolencias a sus compañeros.
Desde la noche del miércoles la televisión chilena ha transmitido en vivo la información relativa al crimen. Asimismo, la prensa ha difundido las imágenes, que entregó Carabineros, de dos de los presuntos sospechosos del homicidio de policía, dos jóvenes de nacionalidad venezolana, a quienes se les sindica como quienes pudieron haber disparado a Palma desde un vehículo en el centro de Santiago, una zona que se ha convertido en polo de la inseguridad.
El Gobierno del presidente Boric, liderado por una generación que había empujado las libertades públicas, ha girado en sus posturas iniciales para intentar dar solución a la crisis que se ha transformado en la principal prioridad de la gente. Parte de sus propias fuerzas, sin embargo, no han acompañado a La Moneda desde el Parlamento. En la discusión de la ley Naín-Retamal en el Congreso, que le da mayor poder de actuación a las policías, parlamentarios de la izquierda de Apruebo Dignidad se restaron de apoyar la iniciativa que fue hoy promulgada por el mandatario tras el nuevo crimen.
La noche del jueves, el mandatario chileno convocó en La Moneda a los partidos políticos del oficialismo y la oposición para abordar soluciones a la crisis de seguridad. En el encuentro, Boric habría pedido una tregua que evite las descalificaciones de lado y lado y ponga en el centro al país.
Fuente: EL PAIS