Una nueva versión del robot de inteligencia artificial generativa ChatGPT presentada este martes 14 de marzo y ya adoptada por el motor de búsqueda Bing de Microsoft presume de ser “tan buena como los humanos en muchos entornos profesionales y académicos”.
OpenAI, la empresa californiana que está detrás del fenómeno ChatGPT, presentó este martes una nueva versión de la tecnología de inteligencia artificial generativa que opera el popular chatbot y que supone un paso más hacia programas informáticos tan “inteligentes” como los humanos.
Microsoft, que ha invertido miles de millones de dólares en la start-up, anunció al mismo tiempo que había integrado GPT-4 en Bing, su motor de búsqueda que ya cuenta con las funciones de ChatGPT desde hace un mes.
“GPT-4 es un gran modelo multimedia, no tan bueno como los humanos en muchos escenarios de la vida real, pero tan bueno como los humanos en muchos contextos profesionales y académicos”, afirma OpenAI en un comunicado.
Entusiasmo y polémica
ChatGPT genera mucho entusiasmo, pero también controversia, ya que está disponible de forma gratuita y es utilizado por millones de personas en todo el mundo para escribir ensayos, líneas de código, escenarios o simplemente para probar sus capacidades.
Con GPT-4, el chatbot será “más creativo y colaborativo que nunca”, promete la empresa. A diferencia de las versiones anteriores, el nuevo modelo está equipado con visión: entiende texto, pero también imágenes, gracias a otra start-up, Be My Eyes. Sin embargo, sólo genera texto.
De momento, sólo los usuarios de ChatGPT Plus, la versión de pago del chatbot, y el millón de internautas con acceso al nuevo Bing podrán probar GPT-4 (de momento, sin procesamiento de imágenes).
OpenAI se ha consolidado como líder en inteligencia artificial (IA) generativa con sus programas que producen texto o, como DALL-E, imágenes. Las capacidades multimedia de GPT-4 son un paso en la dirección de la llamada inteligencia artificial “general”, que reclama el jefe de la start-up, Sam Altman.
El concepto se refiere a sistemas de IA con capacidades cognitivas humanas, o “más inteligentes que los humanos en general”, según Sam Altman. “Nuestra misión es garantizar que la IA general beneficie a toda la humanidad”, declaró en el blog de la empresa el 24 de febrero.
“Nunca antes visto”
Por ahora, el modelo carece de una capacidad crucial: la memoria. Se entrenó con datos que terminan en septiembre de 2021 y “no aprende continuamente de sus experimentos”, detalla OpenAI.
Sin embargo, ganó terreno académico: “aprueba el examen para convertirse en abogado con una puntuación tan buena como el 10% de los mejores. La versión anterior, GPT 3.5, estaba en el 10% inferior”, se felicitó la empresa.
“GPT-4 ya puede presentarse a Stanford (una prestigiosa universidad estadounidense). Su capacidad de razonamiento es inaudita”, tuiteó Jim Fan, un especialista en IA que ha trabajado para Google y OpenAI y ahora está en Nvidia. Admitió haber recibido peores resultados en algunos exámenes que pasó que el modelo.
“La potencia del algoritmo aumentará, pero no es una segunda revolución”, dijo Robert Vesoul, consejero delegado de la empresa francesa Illuin Technology. “No fuimos de la Luna a Marte”.
“A pesar de sus capacidades, GPT-4 tiene limitaciones similares a los modelos anteriores”, reconoció OpenAI. “Todavía no es totalmente fiable (‘alucina’, se inventa cosas y comete errores lógicos)”.
Carrera por la IA
La popularidad del ChatGPT lanzó una carrera por la IA generativa. A la cabeza, Microsoft y Google integraron herramientas de autoría automática en sus plataformas y software en línea, para ayudar a producir correos electrónicos, campañas publicitarias y otros documentos, pero no sin fallos y alucinaciones de las máquinas.
Morgan Stanley anunció este martes que utilizaría GPT-4, que permite “disponer de todos los conocimientos de la persona más cualificada en gestión de patrimonios, al instante”, señaló Jeff McMillan, un alto ejecutivo del banco.
El gigante de los tutoriales Khan Academy y la aplicación de pago Stripe también integrarán funciones de GPT-4.
Este rápido avance de la IA generativa preocupa a muchas profesiones intelectuales y creativas, que ya se imaginan reducidas al papel de gestionar chatbots para sacar los mejores textos e imágenes.
Estas tecnologías también tienen potencial para ser utilizadas con fines nefastos. La empresa anunció que ha contratado a más de 50 expertos para evaluar los nuevos peligros que podrían surgir, para la ciberseguridad por ejemplo, además de los riesgos ya conocidos (generación de consejos peligrosos, código informático defectuoso, información falsa, etc.).
Sus comentarios y análisis deberían contribuir a mejorar el modelo. “En particular, hemos recopilado datos adicionales para garantizar que GPT-4 rechace las solicitudes de los usuarios sobre la fabricación de productos químicos peligrosos”, explica OpenAI.
Fuente: FRANCE24