Un gol de Karim Benzema dio la victoria al Real Madrid, superior al Liverpool enl la Champions. El equipo de Ancelotti dio su mejor versión y ya está en cuartos
Energía o experiencia, le preguntaron, le dieron a elegir a Ancelotti el martes para el encuentro contra el Liverpool. Y Ancelotti, que es sabio por viejo y por sabio, no eligió: las dos, contestó, pero es que eso se sabe tarde, cuando uno ya tiene la experiencia y le falta la energía para aprovecharla. Cada temporada que pasa Modric y Kroos son más sabios, pero también, cada curso, pierden un ápice de energía. Por eso, para ganar la Champions de la temporada pasada el técnico les puso al lado a Valverde, para correr por ellos, para comerse el campo. Y por eso, este año, en el momento crucial, a Valverde se ha unido Camavinga y el Real Madrid, enérgico y experimentado, ganó otra vez al Liverpool y jugó un partido de equipo que sabe remontar, porque eso lo lleva pegado en la piel, pero que también sabe jugar con el marcador a favor.
No especuló el Real Madrid ni un minuto, no esperó al Liverpool, no jugó como si tuviera una ventaja de tres goles. Lo del Chelsea de la temporada pasada dejó huella y no estaba dispuesto ni el equipo ni el entrenador ni la afición a vivir otra noche de tensión. Que dejan huella, sí, pero también se puede disfrutar con un partido como el que salió en el Bernabéu, pensando en la portería contraria más que en la propia, manejando los tiempos, buscando los huecos con los cambios de sentido de Kroos y corriendo hacia todos lados, como hizo Camavinga, en una exhibición, sin fallos, como le pidió Ancelotti el día antes y que culminó con el pase a Karim Benzema en la jugada con la que empezó el tanto del francés.
Eso fue en la segunda mitad, cuando el Liverpool ya se había entregado. Le falta rock a este equipo del que Klopp tanto presumía de su potencia. Sus mejores minutos fueron los quince de Anfield, después se ha ido diluyendo, entregado, sin apenas un conato de revolución, de creer de verdad que se podía hacer contra el Real Madrid. El equipo español le ha comido la moral en las últimas temporadas y contra eso, ni la voluntad vale.
El Real Madrid, mejor que el Liverpool en ataque y en defensa
El Liverpool quiso presionar, arrinconar al Madrid a comenzar el partido, pero la intención le duró minutos. Lo que tardó el equipo de Ancelotti en tener una posesión larga y en hacerle llegar un balón bueno a Vinicius. Ahí, cuando Vini corrió, entendió el rival que si iba a tumba abierta, sus posibilidades eran nulas. Sin embargo, en la primera parte salió un encuentro abierto, con oportunidades para ambos, con el Liverpool llegando por la banda de Salah, aunque sin la facilidad con la que lo hizo en el comienzo de la eliminatoria. Nacho le fue ganando la partida, hasta dejarle seco. Mendy está recuperado, pero no jugó un minuto. El canterano se ha hecho fuerte en la izquierda y con él, se ha hecho fuerte el Madrid atrás. Carvajal empieza a estar algo mejor, Rüdiger es cada vez más Rüdiger y Militao va a exhibición por encuentro. Hace de todo: manda, se impone y pone unos balones largos a Vinicius que ya quisiera el mejor centrocampista. Y si fallan o si el rival gana la partida a esta defensa, ahí se encuentro con Courtois.
El tiempo caía como goterones en el ánimo del Liverpool, que se fue desilusionando, mientras el Madrid seguía a lo suyo. Sólo faltaba el gol. Lo necesitaba para que no creciese esa leve preocupación que le ha molestado los últimos días. Lo hizo Benzema y el Real Madrid cerró otro nuevo pase a los cuartos de la Champions y despidió, emotivamente, al Liverpool poniendo su himno al final.
Lo mejor no fue eso, ni siquiera la victoria. Lo mejor es que dio la impresión de que tras muchas vultas, lesiones o bajos estados de forma, Ancelotti tiene el molde: energía y experiencia
Fuente: LA RAZÓN ESPAÑA
