Una adolescente rompió su silencio de nueve años y contó que desde que tenía seis y hasta sus 11 fue violada sistemáticamente por su medio hermano, contra quien esta semana las autoridades pidieron a la Fiscalía Departamental que se emita una orden de aprehensión.
Entre el lunes y domingo de Carnaval, un incidente familiar al calor del consumo de bebidas alcohólicas terminó por destapar el caso, que ahora está en manos del Ministerio Público.
La madrugada del lunes, la víctima, de 15 años, era llevada por su hermana de padre a otra casa, pues en la que vive se estaban peleando sus progenitores. Cuando ambas estaban en la calle, esperando tomar un taxi para transportarse, fueron alcanzadas por una patrulla policial, que condujo a la muchacha en cuestión a la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia.
Allí, fue sometida a un examen psicológico, porque las autoridades consideraban que había sufrido maltratos y agresiones de su media hermana. Eso no era lo peor. Sara (nombre ficticio usado para proteger la identidad de la víctima) contó el suplicio que vivió en el tránsito de su niñez a la pubertad y la adolescencia.
“…cuando era más niña, de unos 6 años de edad, mi hermano de nombre H.J.L.M.S., me violó muchas veces hasta mis 11 años de edad… ”, dice su testimonio, según documentos a los que accedió CORREO DEL SUR.
Entre enero y junio del año pasado, la Fiscalía Especializada en Delitos Contra la Vida y la Integridad Personal de la Fiscalía General del Estado registró 247 denuncias de violencia sexual en Chuquisaca. Aunque el caso de Sara no figura en estas estadísticas, su confesión es desgarradora.
“’No vas a decir lo que sucedió… te vas a callar’. Siempre me decía eso después de violarme, por esa razón soporté muchos años esta situación”. Sara, como cientos o miles de niñas y jovencitas en el país, es parte de una familia que terminó con la separación de sus padres.
A ella le pasó cuando tenía solo seis años. La hoy adolescente acaba de confesar que su madre bebía mucho y que su padre –quien después siguió el mismo camino del alcohol– decidió llevársela a vivir con él cuando apenas era una niña.
Tiene dos medios hermanos por parte de su madre –uno de ellos la violaba–, y dos medias hermanas por parte de su padre. Cuando su madre, ebria, pasaba por la casa de su exesposo y se quedaba a dormir con este, comenzaba el suplicio de la adolescente, entonces una niña.
H.J.L.M.S. acompañaba a su madre y era enviado a dormir con Sara. Pero él se despertaba en algún momento de la madrugada y “me violaba de forma agresiva”, sin que su madre ni su expadrastro se dieran cuenta porque estaban ebrios, o bebiendo.
“… alguna veces él hasta venía drogado y se entraba a mi cuarto, era para violarme de forma repetitiva…”, sostiene la víctima en su denuncia.
Cuando cumplió 11 años, las agresiones sexuales cesaron. Y el violador, que hoy tiene 23 años, se fue a vivir a Santa Cruz. Eso fue en 2022, pero para entonces ya había dejado una huella imborrable sobre su víctima…
“LLEGUÉ A CORTARME…”
El cutting, también llamado self-injury o risuka, es la automutilación o cortes en la piel que algunas personas se realizan de manera intencional, generalmente en las muñecas de las manos, entre otros motivos, ante la incapacidad de afrontar una situación difícil.
Sara dice que lo practicó.
“Me daba mucha impotencia lo que me pasó, me siento sucia y enojada. Yo misma llegué a cortarme las muñecas de mis manos desde mis 13 hasta mis 14 años. No paraba de llorar, no quería ir al colegio…”, agrega la muchacha en su testimonio, según pudo constatar este periódico.
“JUSTICIA”
Sara
Adolescente violada
Me siento muy mal de tan solo recordar (…) quiero que se me haga justicia de lo que me hizo mi hermano de niña. Quiero que mi hermano pague, mi propio hermano me violó desde mis 6 años…”.
Madre y violador son denunciados por dos delitos
W.O.F., madre de la adolescente, y H.J.L.M.S., medio hermano de la víctima, fueron denunciados esta semana ante la Fiscalía en Sucre por dos delitos: violencia familiar o doméstica (artículo 272 del Código Penal; hasta cuatro años de cárcel) y violación (Artículo 308 del mismo código; de 15 a 20 años de reclusión).
Por el testimonio de Sara (nombre ficticio), la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia considera que la mujer ajusta su comportamiento al delito de violencia familiar y, en ese sentido, pide que sea citada para investigar la denuncia.
Sobre el medio hermano de la adolescente agredida sexualmente, el memorial dice: “El denunciado se encuentra de paso en la ciudad de Sucre, porque radica en la ciudad de Santa Cruz”.
Solicita que una autoridad competente “emita la orden de aprehensión en contra del denunciado por el peligro en que se encuentra la víctima, como también su situación de vulnerabilidad”.
“Me da mucha rabia de tan solo verlo. Él actúa como si nada; se hace al buen hermano, pero no lo es”, dice Sara a las autoridades.
Fuente: CORREO DEL SUR