Los servicios de emergencia continúan buscando sobrevivientes, una tarea que se hace más difícil conforme cada hora que pasa, puesto que el tiempo estándar que un ser humano puede permanecer sin la ingesta de agua o comida en desastres como este es de 72 horas
Tras un intenso esfuerzo de los equipos de búsqueda turcos en la ciudad de Adiyaman, Fatma Gungor, de 70 años, fue rescatada de entre las ruinas de un edificio de siete plantas tras 212 horas atrapada, para luego ser trasladada a un hospital donde está recibiendo atención médica, según informó la agencia estatal turca de noticias, Anatolia.
Una semana después de los terremotos, los servicios de emergencia continúan buscando personas vivas que rescatar, una tarea que se hace más difícil conforme cada hora que pasa, puesto que el tiempo estándar que un ser humano puede permanecer sin la ingesta de agua o comida en desastres como este es de 72 horas.
El terremoto ha causado 35.500 muertos en Turquía y más de 3.700 entre las cifras que ofrecen las autoridades sanitarias del Gobierno de Bashar al Assad y las de los rebeldes en las provincias de Idlib y Alepo (noroeste), según diversos balances publicados durante las últimas horas.
Entretanto, el Secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, pidió a la ONU que exija al gobierno Siria cumplir con su compromiso de abrir dos pasos fronterizos para la entrada de ayuda humanitaria.
En una conversación con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, el diplomático estadounidense dijo que, si es necesario, se debe aprobar una autorización en el Consejo de Seguridad para exigir a Siria la entrada de camiones con ayuda humanitaria.
Bliken subrayó en su conversación con el máximo responsable de la ONU “la necesidad de que el régimen de Assad cumpla con su compromiso de abrir los cruces fronterizos de Bab al Salam y Al Rai”.
El Consejo de Seguridad, recalcó Blinken, podría emitir una autorización “que le de a la ONU y a los actores humanitarios mayor flexibilidad” para dar ayuda a Siria.
Esta martes, un convoy de la ONU entró a las áreas opositoras del noroeste de Siria a través del paso fronterizo de Bab al Salam, un cruce en la divisoria turca que la organización puede volver a utilizar desde el lunes tras varios años sin acceso.
Guterres aseguró también el martes en una rueda de prensa que los dos nuevos pasos fronterizos están “abiertos” y que el convoy, de 11 camiones, que entró este día es el “primero de muchos”.
El régimen del dictador sirio, Bachar al Asad, autorizó el uso de los cruces de Bab al Salam y Al Rai, ambos en la divisoria turca, para hacer llegar ayuda de la ONU durante tres meses a las áreas opositoras del noroeste del país, rodeadas de territorio en manos de actores rivales y de difícil acceso.
Las áreas opositoras de las provincias de Idlib y Alepo, las más castigadas por los terremotos del pasado 6 de febrero, no recibieron su primera ayuda humanitaria de la ONU hasta pasados cuatro días de la catástrofe y el primer envío específico para los afectados se demoró incluso más, lo que provocó un aluvión de críticas contra la organización.
Fuente: Infobae