Un niño de siete años y una mujer de 62 han sido los últimos milagrosamente rescatados, tras casi siete días atrapados entre los escombros del sismo del 6 de febrero, que deja ya más de 35 mil muertos en Turquía y Siria.
Mustafa, un niño de siete años, fue rescatado en la provincia turca de Hatay, mientras que Nafize Yilmaz, una mujer de 62 años, fue encontrada con vida en Nurdagi, también en Hatay, informó este lunes 13 de febrero la agencia noticiosa estatal Anadolu. Ambos estuvieron 163 horas atrapados entre la destrucción de edificios colapsados en el devastador sismo del 6 de febrero, antes de su rescate en la noche de este domingo.
Más de 32.000 personas de organizaciones locales trabajan en los esfuerzos de búsqueda y rescate junto a 8.294 rescatistas del exterior, indicó la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD). Los equipos de rescate trabajan contra el reloj mientras expertos advierten que la posibilidad de encontrar gente con vida entre la devastación disminuye cada día que pasa.
En total, se ha confirmado la muerte de al menos 35.943 personas, 31.643 en Turquía y 4.300 en Siria, tras los sismos del 6 de febrero pasado (el mayor, de magnitud 7,8), en la frontera turco-siria, según fuentes médicas y gubernamentales de ambos países.
“Le hemos fallado a la gente del noroeste de Siria”
En Turquía crece el enojo por la mala calidad de los edificios y la respuesta gubernamental al peor desastre en casi un siglo en el país. Un total de 12.141 edificios fueron destruidos o dañados seriamente en Turquía.
En la destruida ciudad turca de Kahramanmaras, cerca del epicentro del sismo, los equipos excavaron entre montañas de escombros donde recuperaron un cuerpo. Pero los rescatistas se quejan de la falta de sensores y equipo avanzado de búsqueda, por lo que deben excavar cuidadosamente entre los escombros con palas o sus manos.
La ONU denunció que no se haya enviado toda la ayuda requerida desesperadamente en Siria. Una caravana con suministros para el noroeste de Siria llegó vía Turquía, pero el jefe de emergencias de la ONU, Martin Griffiths, afirmó que se requiere mucho más para las millones de personas cuyas casas fueron destruidas.
“Hasta ahora le hemos fallado a la gente del noroeste de Siria. Se sienten abandonados. Buscan la ayuda internacional que no ha llegado”, indicó Griffiths en Twitter.
La cifra de muertes se podría “duplicar o más”
Al evaluar los daños el sábado en el sur de Turquía, cuando el saldo era de 28.000 muertos, Griffiths dijo que la cifra se podría “duplicar o más”, porque la posibilidad de hallar sobrevivientes disminuye cada día.
Los suministros han tardado en llegar a Siria, un país con años de una guerra que ha destruido su sistema de salud y partes del país siguen bajo control de rebeldes que combaten al Gobierno del presidente Bashar al Asad.
Una caravana de 10 camiones de la ONU ingresó al noroeste de Siria por el puesto fronterizo de Bab al Hawa, según un periodista de AFP. Pero este es el único punto por el que puede entrar ayuda internacional a zonas de Siria bajo control rebelde después de casi 12 años de guerra civil. Otros cruces fueron cerrados por presión de China y Rusia.
Conflicto, covid, cólera, crisis económica, terremoto y amenazas de seguridad
El jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, se reunió el domingo en Damasco con Asad y dijo que el líder sirio afirmó estar dispuesto a abrir más pasos fronterizos para ayudar a ingresar ayuda a zonas bajo rebeldes.
“Las crisis combinadas de conflicto, covid, cólera, declive económico y ahora el terremoto, han tenido un costo insoportable”, declaró Tedros tras visitar la ciudad siria de Alepo.
Entretanto, una organización israelí de emergencias anunció el domingo que suspendió sus tareas de rescate en Turquía debido a la “significativa” amenaza de seguridad para su equipo. Y numerosas personas fueron detenidas por saqueos e intentar estafar a las víctimas del sismo, según la prensa estatal.