El ensayo CALERIE es la primera investigación de los efectos de la restricción calórica a largo plazo en humanos sanos no obesos
Un equipo internacional de investigadores ha demostrado en un ensayo controlado aleatorio pionero en su género que la restricción calórica puede ralentizar el ritmo de envejecimiento en adultos sanos. Según el estudio publicado en la revista ‘Nature Aging’, reducir las calorías en una cuarta parte resultó en una disminución de la tasa de envejecimiento entre un 2 % y un 3 %, lo que representa una reducción del 10 % al 15 % en el riesgo de muerte. Este efecto es similar al de dejar de fumar, dicen los investigadores.
“En gusanos, moscas y ratones, la restricción calórica puede ralentizar los procesos biológicos del envejecimiento y prolongar la esperanza de vida -afirma el autor principal de la investigación, Daniel Belsky, profesor asociado de epidemiología en la Escuela Mailman de Columbia y científico del Centro Butler de Envejecimiento de Columbia-. Nuestro estudio pretendía comprobar si la restricción calórica también ralentiza el envejecimiento biológico en humanos”.
El ensayo CALERIE , financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos, es la primera investigación de los efectos de la restricción calórica a largo plazo en humanos sanos no obesos. Involucró a 220 hombres y mujeres sanos de tres centros Estados Unidos, a los que se les asignó aleatoriamente una dieta normal o una restricción calórica del 25 % durante dos años.
Para medir el envejecimiento biológico de los participantes, los investigadores analizaron las muestras de sangre recolectadas al inicio y después de 12 y 24 meses de seguimiento. “Los seres humanos viven mucho tiempo -apunta Belsky-, por lo que no resulta práctico hacerles un seguimiento hasta que observemos diferencias en las enfermedades relacionadas con el envejecimiento o en la supervivencia. En su lugar, nos basamos en biomarcadores desarrollados para medir el ritmo y el progreso del envejecimiento biológico a lo largo del estudio”.
El equipo analizó las marcas de metilación en el ADN extraído de los glóbulos blancos. Las marcas de metilación del ADN son etiquetas químicas en la secuencia del ADN que regulan la expresión de los genes y se sabe que cambian con el envejecimiento. En el análisis primario, Belsky y sus colegas se centraron en tres mediciones de los datos de metilación del ADN, conocidas a veces como “relojes epigenéticos”. Las dos primeras, los relojes PhenoAge y GrimAge, calculan la edad biológica, es decir, la edad cronológica a la que la biología de una persona parece “normal”. Estas medidas pueden considerarse “odómetros” que proporcionan una medida estática del grado de envejecimiento que ha experimentado una persona.
La tercera medida estudiada por los investigadores fue DunedinPACE, que calcula el ritmo de envejecimiento o la tasa de deterioro biológico a lo largo del tiempo y puede considerarse como un “velocímetro”. “En contraste con los resultados de DunedinPACE, no se observaron efectos de la intervención en otros relojes epigenéticos -señala Calen Ryan, doctor e investigador científico del Butler Aging Center de Columbia y coautor principal del estudio-. La diferencia en los resultados sugiere que las medidas dinámicas del ‘ritmo de envejecimiento’ como DunedinPACE pueden ser más sensibles a los efectos de la intervención que las medidas de la edad biológica estática”.
El estudio halló pruebas de que “la restricción calórica ralentiza el ritmo de envejecimiento en humanos”, afirma Calen Ryan, del Centro de Envejecimiento Mayordomo de Columbia. “Pero es probable que la restricción calórica no sea adecuada para todo el mundo. Nuestros resultados son importantes porque demuestran, mediante un ensayo aleatorizado, que es posible ralentizar el envejecimiento humano. También nos dan una idea de los tipos de efectos que podríamos buscar en ensayos de intervenciones que podrían resultar atractivas para más personas, como el ayuno intermitente o la alimentación restringida en el tiempo“, añade.
Ahora los investigadores están realizando un seguimiento de los participantes para determinar si la intervención tuvo efectos a largo plazo sobre el envejecimiento saludable. En otros estudios, DunedinPACE más lento se asocia a un menor riesgo de cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, discapacidad y demencia. “Nuestro estudio de los efectos heredados de la intervención CALERIE pondrá a prueba si los efectos a corto plazo observados durante el ensayo se tradujeron en una reducción a más largo plazo de las enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento o de sus factores de riesgo”, indica Sai Krupa Das, científico principal e investigador de CALERIE que dirige el seguimiento a largo plazo de los participantes.
Fuente: LA RAZON ESPAÑA