La sociedad médica elaboró una guía sobre la postura de los bebés en la cama y otros principios para evitar accidentes y bajar el riesgo de muerte súbita
Compartir la cama con los padres “bajo ninguna circunstancia es seguro para el sueño de los bebés”, señalaron los pediatras de EEUU.
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés), al actualizar sus pautas de sueño seguro para los bebés en 2022 trajo una mala noticias para aquellos que practican el colecho, sea en buscan una crianza con apego, como para favorecer la lactancia o simplemente para dormir varias horas de corrido.
El organismo médico, en la primera actualización de sus pautas de sueño seguro para bebés desde 2016, advirtió sobre los riesgos que esto implica y destacó que puede significar incluso un riesgo de muerte para el niño.
Esa es una de las varias recomendaciones que la AAP dio a los pediatras para ayudar a detener la ola de muertes infantiles por sueño: en los EEUU mueren cada año unos 3.500 bebés por causas relacionadas con el sueño, muchos de los cuales se encuentran en comunidades socialmente desfavorecidas.
La AAP añadió, en un comunicado, que “la tasa de muertes infantiles repentinas e inesperadas (SUID, por sus siglas en inglés) entre los bebés negros e indios americanos/nativos de Alaska fue más del doble y casi el triple, respectivamente, que la de los bebés blancos (85 por cada 100.000 nacidos vivos) en 2010-2013″.
“Sabemos que muchos padres eligen compartir la cama con un niño, por ejemplo, tal vez para ayudar con la lactancia materna o debido a una preferencia cultural o la creencia de que es seguro”, dijo la doctora Rebecca Carlin es coautora de las pautas que integran el informe del Grupo de Trabajo de la AAP sobre el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante y miembro del Comité de la AAP sobre el Feto y el Recién Nacido.
La evidencia es clara de que (dormir juntos) aumenta significativamente el riesgo de lesiones o muerte del bebé —enfatizó Carlin en un comunicado—. Por esa razón, AAP no puede apoyar el colecho bajo ninguna circunstancia”.
En tanto, la doctora Rachel Moon, autora principal de las pautas y profesora de pediatría en la Universidad de Virginia, sostuvo: “Hemos logrado grandes avances en el aprendizaje de lo que mantiene seguros a los bebés durante el sueño, pero aún queda mucho trabajo por hacer”.
En la misma habitación, pero en camas separadas
Si bien la AAP desaconseja compartir la cama con los hijos, sus últimas recomendaciones dicen que los bebés deben dormir en la misma habitación con sus padres durante al menos seis meses, pero en una superficie para dormir separada con una superficie firme y plana.
“Una excelente manera de probar si una superficie es demasiado blanda es presionar la mano hacia abajo y luego levantarla. Si la mano deja una muesca, es que es demasiado blanda”, aconsejó Alison Jacobson, directora ejecutiva de First Candle, una organización sin fines de lucro de los EEUU comprometida con la eliminación de las muertes infantiles relacionadas con el sueño a través de la educación y la promoción.
Según las nuevas regulaciones de la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor, los únicos productos aconsejados para el sueño de los bebés incluyen cunas, moisés, plazas blandas y cunas de colecho, tal como se conoce a las cunas que se anexan a la cama de los padres pero permiten que los bebés duerman solos.
“Los padres no deben usar productos para dormir que no se comercialicen específicamente para dormir”, dijo la AAP en referencia a los carros de paseo o butacas para el auto, donde sólo podrán dormir mientras estén en el vehículo. Para los especialistas estadounidenses, “descansar con un bebé en un sofá, sillón o cojín y quedarse dormido aumenta el riesgo de muerte infantil en un 67%”. Y si el bebé es prematuro, nació con bajo peso o tiene menos de cuatro meses, el riesgo de muerte mientras duerme en una cama, sofá u otro lugar que no sea el recomendado para su edad aumenta de cinco a diez veces, señalaron desde la AAP.
Nunca una inclinación mayor al 10%
Las nuevas reglamentaciones prohibirán todos los productos comercializados para el sueño infantil que tengan más de un 10% de inclinación. Esos incluyen camas inclinadas y posicionadores para dormir, que también se llaman nidos para bebés, muelles, cápsulas, tumbonas, mecedoras y siestas, entre otras.
Muchos de estos productos en el mercado tienen una inclinación de hasta un 30%, lo que puede ser peligroso porque la cabeza de los bebés se cae hacia adelante durante el sueño y pueden llegar a asfixiarse, alertaron desde la APP. Esto es porque esa posición de la barbilla al pecho puede restringir sus vías respiratorias cuando aun no controlan su cabecita.
Los asientos para automóviles, los cochecitos, los columpios, los portabebés también pueden obstruir las vías respiratorias de un bebé. De allí que la AAP recomienda que “cuando el bebé se duerma en ellos, lo cual es inevitable, los padres deben mover al niño para que se acueste boca arriba sobre una superficie plana y firme”.