Los recientes análisis indican que esta esfera sólida ahora se mueve hacia el oeste con relación a la superficie, lo que acortará la duración de los días.
Un estudio publicado este lunes 23 de enero en la revista Nature Geoscience señala que el núcleo interno de la Tierra se ha frenado recientemente y podría haber comenzado a girar en dirección contraria a la superficie del planeta.
Según los resultados de la investigación, obtenidos a partir del análisis de decenas de terremotos, esta variación tendrá efectos en el campo magnético y la duración del día, los cuales ya se están detectando.
El giro del núcleo interno es impulsado por el campo magnético generado en el externo y equilibrado por los efectos gravitatorios del manto.
Saber cómo gira este podría aclarar cómo interactúan las capas terrestres, explican los autores. No obstante, indican que la velocidad de esta rotación y la posible variación de esta es objeto de debate entre la comunidad científica desde hace años.
No es sencillo estudiar el inaccesible centro de la Tierra, por su profundidad y las condiciones extremas, pero la sismología es un método alternativo para ello: los terremotos generan ondas sísmicas que se propagan por el interior del planeta y algunas atraviesan el núcleo.
Cambio de rotación
Para realizar su investigación, Yang y Song analizaron las ondas sísmicas de terremotos casi idénticos que han atravesado el núcleo interno de la Tierra siguiendo trayectorias similares desde la década de 1960.
Descubrieron que, desde 2009 aproximadamente, las trayectorias que antes mostraban una variación temporal significativa han experimentado pocos cambios, lo que sugiere que la rotación de esta capa se frenó notablemente.
En concreto, el núcleo interno pasó de girar más rápido a hacerlo más lento que la corteza terrestre.
Sin embargo, desde la perspectiva de la superficie terrestre, este rota ahora en dirección contraria. Es decir, hacia el oeste.
Dado que en la década de 1970 se detectó un parón similar, los autores infieren que esta capa tiene un ciclo de oscilación que dura 70 años aproximadamente, por lo que se frena a la mitad de dicho lapso para invertir su rotación.
Los científicos afirman que la reciente inversión se correlaciona con cambios en las observaciones geofísicas en la superficie de la Tierra, como el campo magnético y la duración del día, los cuales se harán más notorios a medida que el núcleo se acelere en su nueva trayectoria.
Los investigadores concluyen, además, que esta oscilación en la rotación del núcleo interno demuestra la interacción entre las distintas capas de la Tierra, resume la revista.
Los hallazgos podrían ayudar a ahondar en la comprensión de cómo los procesos profundos de la Tierra afectan a su superficie.
Fuente: LA REPÚBLICA