- Centenares de personas aguardaron la llegada del cortejo fúnebre en el camposanto
Potosí, Kollasuyo Digital
Pese a que la pizarra del cementerio potosino fijaba el entierro del profesor Luisiño M. L., para horas 10:30 de la mañana, desde media hora antes decenas de personas ya se concentraban en las puertas del camposanto para dar el último adiós al infortunado hombre, que hallo la muerte el pasado sábado en Av. Antofagasta, tras recibir el impacto de dos piezas de vidrio, desprendidas de la fachada flotante del edificio de AAPOS.
Ya al promediar las 11 de la mañana, se escuchaba próxima las notas de una marcha fúnebre encabezada por un vehículo y tras este amigos del occiso portaban el féretro en hombros en medio de llantos y mucha congoja.
Cuando la cabeza de la procesión mortuoria ingresaba al mausoleo de la Federación de Maestros Rurales la columna de personas acababa de ingresar las puertas del cementerio.
El cajón estaba cubierto por la tricolor boliviana y antes de ser ingresado al niño muchos lloraban en desesperados gritos la repentina partida del hombre a quien calificaban como bueno, cordial, luchador, buen líder y ante todo excelente esposo y padre de familia.
Una mujer en un desgarrador reclamo gritó “¿por qué te estas llevando a tu hijo?, ¿Por qué dejas sin padre a tus nietos?, aún no era su hora”, y es que resulta que meses antes falleció el padre del profesor, que casualmente hoy descansan a lado de su progenitor.
Minutos después una banda rompió es estremecedor panorama, entonando melodías de morenada, muchos que aguantaban el llanto no pudieron más, quebrando en inconsolable llanto al recordar al alegre y risueño profesor.