El tercer año consecutivo de La Niña intensificó en 2022 las sequías en América y provocó inundaciones en partes de Asia y Oceanía, según un informe pionero del Global Water Monitor Consortium.
El informe, dirigido por investigadores de la Universidad Nacional Australiana (ANU), concluye que el calentamiento global está cambiando el ciclo del agua en todo el planeta, al tiempo que advierte de que fenómenos como las sequías repentinas serán más frecuentes en los próximos años.
El autor principal, el profesor Albert Van Dijk, dice que el informe ofrece una instantánea única de la disponibilidad mundial de agua.
“Normalmente, se tarda muchos meses en recopilar, cotejar, analizar e interpretar este tipo de datos”, declaró en un comunicado el profesor Van Dijk, de la Escuela Fenner de Medio Ambiente y Sociedad de la ANU.
“Aprovechando al máximo los instrumentos de los satélites que orbitan la Tierra y automatizando todo el proceso de análisis e interpretación de datos, nuestro equipo ha podido reducir ese tiempo a unos pocos días”.
El grupo combinó mediciones del agua realizadas en miles de estaciones terrestres y por satélite para obtener información actualizada sobre precipitaciones, temperatura y humedad del aire, agua del suelo, caudales fluviales y volumen de agua en lagos naturales y artificiales.
A escala mundial, en 2022 el ciclo del agua estuvo dominado por aguas oceánicas relativamente cálidas en el Pacífico occidental y el este y norte del océano Índico. Como consecuencia, a principios de año se produjo una grave ola de calor en el sur de Asia, seguida de un monzón muy húmedo que causó inundaciones masivas en Pakistán.
En otros lugares, como Europa y China, las olas de calor extremas dieron lugar a las denominadas “sequías repentinas”, es decir, sequías que se desarrollan pocos meses después de olas de calor graves, causando caudales bajos en los ríos, daños agrícolas e incendios forestales.
El informe muestra que la temperatura del aire sobre la tierra en 2022 siguió la tendencia de calentamiento a largo plazo, mientras que la humedad del aire está disminuyendo.
“Esto significa que la naturaleza, los cultivos y las personas necesitarán más agua para mantenerse sanos, lo que agrava el problema”, dijo el profesor Van Dijk.
“Es una predicción segura que veremos cada vez más de estas olas de calor y sequías repentinas. También vemos pruebas del impacto del calentamiento global en los glaciares y el ciclo del agua en las regiones frías, y de hecho el deshielo de los glaciares contribuyó a las inundaciones de Pakistán. Eso continuará hasta que esos glaciares desaparezcan”.
Una característica clave de 2022 fue que fue el tercer año consecutivo de La Niña. Esto causó problemas de inundaciones en Australia, pero también profundizó las condiciones de sequía en el oeste de Estados Unidos y partes de Sudamérica.
“Todavía no se sabe si esos tres años de La Niña fueron una casualidad estadística o los primeros indicios de algo más siniestro”, dijo el profesor Van Dijk.
“Si los patrones de La Niña o El Niño van a permanecer más tiempo en el futuro, eso va a causar muchos problemas, con sequías peores y más largas e inundaciones peores por igual”.
El informe también ofrece una perspectiva para 2023, con unas condiciones relativamente secas que indican la posibilidad de que se intensifiquen o aparezcan nuevas sequías en partes de América del Norte y del Sur, Asia Central, China y el Cuerno de África. Sin embargo, las condiciones de La Niña están remitiendo, por lo que hay esperanzas de que la disponibilidad de agua pueda volver pronto a niveles más normales en algunas de esas regiones.
El Global Water Monitor es una iniciativa conjunta de varias organizaciones públicas y privadas de investigación y desarrollo que comparten el objetivo de proporcionar información gratuita, rápida y global sobre el clima y los recursos hídricos.
Fuente: Europa Press