A medida que se cumplen años, perder ese kilo que sobra y mantener el peso ideal se hace cada vez más difícil, sobre todo en la mujer
Pero la obesidad no es sólo un problema estético; es, sobre todo, un problema médico, pues aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiacas, diabetes, presión arterial alta y determinados tipos de cáncer. Suele ser el resultado de la combinación de factores genéticos y ambientales, además de relacionarse con los hábitos alimenticios y la falta de ejercicio, entre otros.
Estos cambios hormonales en la menopausia hacen que se aumenten los depósitos de grasa en la cavidad abdominal y se ensanche esta zona corporal. De esta manera, se pase de la distribución de la grasa corporal en forma de pera típica de las mujeres a la obesidad en forma de manzana típica de los hombres. “Este aumento de perímetro abdominal es el principal factor de riesgo cardiovascular -el 34 por ciento de las pacientes con enfermedades cardiovasculares son obesas-, favoreciendo la aparición del síndrome metabólico, de la diabetes y de hipertensión arterial”, añade la doctora Pingarrón.
“La obesidad también aumenta el riesgo tromboembólico (tromboembolismo pulmonar y tromboflebitis), por lo que en estas pacientes debemos ser cuidadosos al indicar la terapia hormonal si tienen sofocos. También aumentan los problemas de incontinencia urinaria, ya que el sobrepeso provoca mayor presión abdominal sobre la vejiga y sobre el suelo pélvico, sin olvidar que una mujer con obesidad tiene más riesgo de padecer cáncer de mama, de endometrio o de ovarios”, apunta la doctora Pingarrón Santofimia.
Para evitar el aumento de peso durante la menopausia no existe una fórmula magistral, pero sí una serie de medidas, como aumentar la actividad física. Según explica la especialista de Quirón salud San José, el ejercicio aeróbico y el entrenamiento de fuerza ayudan a eliminar el exceso de peso, pues según se gana músculo el cuerpo puede quemar calorías de forma más eficaz, lo que hace más fácil mantener un peso saludable.
No obstante, muchas pacientes obesas pasan su vida de dieta en dieta sin llegar a poner solución al problema. Dichas pacientes deben ser ayudadas con otros tratamientos médicos, controlados desde la unidad de menopausia en conjunto con endocrinología.
“La pérdida de peso en mujeres en la menopausia tiene muchos beneficios”, recuerda la Dra. Pingarrón. “Además de mejorar su imagen, lo que incrementa la autoestima, alivia los sofocos, favorece el descanso, mejora la apnea del sueño, la hipertensión arterial, la artrosis y la vida sexual y disminuye la mortalidad global por cáncer y enfermedades cardiovasculares que se producen por el exceso de peso y la obesidad”.
Fuente: La Razón