La novedosa herramienta basada en la terapia celular logra entrenar al sistema inmunitario para prevenir la reaparición del cáncer
En concreto, aprovechando una nueva forma de convertir las células cancerosas en potentes agentes anticancerígenos, científicos del Brigham and Women’s Hospital, en Estados Unidos, han desarrollado un nuevo enfoque de terapia celular capaz de eliminar tumores ya establecidos e inducir inmunidad a largo plazo, entrenando al sistema inmunitario para que pueda evitar la reaparición del cáncer, tal y como se publica en la prestigiosa revista científica «Science Translational Medicine».
Las vacunas contra el cáncer son un área de investigación activa para muchos laboratorios, pero el enfoque que han adoptado Shah y sus colegas resulta muy innovador, ya que, en lugar de utilizar células tumorales inactivadas, el equipo reutiliza células tumorales vivas, que poseen una característica inusual. Al igual que las palomas mensajeras, las células tumorales vivas recorren largas distancias por el cerebro para volver al lugar donde se encuentran sus compañeras. Aprovechando esta propiedad única, el equipo de Shah manipuló células tumorales vivas mediante la herramienta de edición de genes CRISPR-Cas9 y las reutilizó para liberar un agente destructor de células tumorales.
Pero ahí no acaba la revolución, ya que las células tumorales modificadas se diseñaron para que expresaran factores que facilitaran al sistema inmunitario detectarlas, etiquetarlas y recordarlas, preparando al sistema inmunitario para una respuesta antitumoral a largo plazo.
Bajo este criterio, el equipo de investigadores probó sus células tumorales terapéuticas (ThTC) mejoradas con CRISPR y modificadas mediante ingeniería inversa en distintas cepas de ratones, incluida una que contenía células de médula ósea, hígado y timo derivadas de humanos, imitando el microentorno inmunitario humano. El equipo de Shah también incorporó a la célula cancerosa un interruptor de seguridad de dos capas que, cuando se activa, erradica las ThTC en caso necesario.
Fuente: La Razón