Siete millones de españoles sufren insomnio crónico y prolongado y casi seis millones toman cada noche pastillas para dormir, una epidemia silenciosa que ha ido al alza en el último siglo y ha supuesto de media la pérdida de dos horas de sueño diarias desde principios del siglo XX.
Esta foto es la que ha obligado a la ciencia a tomar las riendas. Sociedades médicas y científicas, profesionales sanitarios, investigadores, farmacéuticos, enfermeros y pacientes han constituido la Alianza por el Sueño, un grupo que nace con el objetivo de poner los trastornos del sueño en la agenda política y concienciar de que dormir es salud.
Lo cuenta a Efe el presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES), Carlos Egea, que apuesta por «concienciar y divulgar que el sueño es salud» y no dormir bien acorta la esperanza de vida y favorece un envejecimiento no saludable.
Egea, que es jefe del servicio de Neumología y de la Unidad de Sueño de la OSI Araba, admite que no se conoce en cuánto reduce la esperanza de vida no dormir bien porque «depende del individuo» pero sí está constatado un aumento de las comorbilidades.
El insomnio es un factor de riesgo para sufrir una enfermedad grave
De hecho, la falta de sueño afecta a la salud mental, a la cardiovascular, a las enfermedades metabólicas, aumenta la predisposición al Alzheimer y disminuye la inmunidad por lo que crece el riesgo de infecciones.
Lo convencional, dice este experto en sueño, es dormir entre 7 y 9 horas diarias pero en España el 60% de la población no llega a las siete horas diarias durante la semana laboral.
Egea explica que «el sueño no es como la grasa, el organismo no lo almacena, es día a día». Por eso, dice, no sirve dormir el domingo ocho horas para que la noche del domingo al lunes se convierta en un ‘jet lag’.
Este experto también alerta sobre el uso de fármacos para conciliar el sueño como ansiolíticos, hipnóticos y benzatropina, y apuesta por ofrecer alternativas para que una vez que se inicia el camino de la medicación se pueda revertir con terapia y de no ser así, que se busquen fórmulas que no pasen por escalar a más dosis.
Legislar para mejorar el insomnio
Desde la Alianza por el Sueño, este experto plantea medidas concretas que eviten, por ejemplo, el cambio horario que afecta el reloj biológico y lo desajusta, acostumbrado a ciertas horas de luz y oscuridad.
Además propone campañas de divulgación en los colegios que trasladen el mensaje de que dormir es saludable y ya en el ámbito laboral plantea legislar sobre el trabajo en turnos, para que se evalúe la idoneidad de la persona que lo realiza.
También aboga por modificar los horarios televisivos ‘prime time’, es decir, los de máxima audiencia entre las 22:00 y las 24:00 horas y favorecer, con todo esto, medidas de higiene del sueño.
Las personas perfeccionistas, más propensas a sufrir insomnio
La Alianza por el Sueño tiene entre sus coordinadores a la jefa clínica de Neurofisiología y coordinadora de la Unidad del Sueño del hospital Vall d’Hebron y hospital Quirón Salud de Barcelona, Odile Romero, que explica a Efe que el insomnio más frecuente es el psicofisiológico que se diagnostica en consulta.
Para este diagnóstico no hace falta ninguna prueba, el paciente dice que le cuesta conciliar el sueño y cómo el trastorno le provoca una mala calidad de la vigilia. Esto le pasa como mínimo tres veces a la semana y si dura más de tres meses, es crónico. Además, señala que hay determinadas personas con tendencia por su carácter a desarrollar insomnio.
Se trata de un perfil de individuos muy ordenados y perfeccionistas en su trabajo. Generalmente hay un factor que precipita el insomnio -como puede ser estrés, una separación, un problema familiar, pérdida del trabajo o un accidente- y luego se cronifica en el tiempo.
Aunque la edad incrementa la prevalencia del insomnio, no es exclusivo de la vejez. Más frecuente en mujeres, suele aparecer en el último trimestre de embarazo, cuando nace el bebé y con los cambios hormonales de la menopausia. El insomnio también abunda en la jubilación cuando la siesta es más frecuente y puede fragmentar el sueño durante la noche.
El insomnio hay que tratarlo cuando afecta a la vida diaria
Según esta experta, los problemas de sueño afectan al 30-40% de la población española y el insomnio crónico y prolongado al 15%.
Aunque está considerado un trastorno de salud mental «no es una esquizofrenia» y se trata, dice, cuando afecta a la calidad de vida y por lo que puede suponer de comorbilidad.
«Si cuidamos la alimentación y el ejercicio físico, también debemos cuidar el sueño» señala esta experta que defiende como solución la terapia cognitiva-conductual ayudada por períodos cortos de tratamiento farmacológico.
Fuente: EFE