Irmgard Furchner, quien trabajó como secretaria en un campo de concentración en la Polonia ocupada, fue acusada de ser cómplice en el asesinato de más de 10.000 personas.
Al concluir uno de los últimos juicios del Holocausto en el país, el juez Dominik Gross leyó la sentencia contra Furchner, sentenciada por su papel en lo que los fiscales llamaron el “asesinato cruel y malicioso” de prisioneros en el campo de concentración de Stutthof, en la Polonia ocupada.
Entre junio de 1943 y abril de 1945, Furchner trabajó en la oficina del comandante del campo, Paul Werner Hoppe. Según el caso, Furchner tomó el dictado de las órdenes del oficial de la SS y llevó su correspondencia.
Furchner estaba siendo juzgada desde septiembre de 2021 en el tribunal de la ciudad de Itzehoe, al norte de Alemania. Trató de evadir a la policía durante varias horas antes de ser arrestada en la cercana ciudad de Hamburgo y estuvo cinco días detenida. También intentó escaparse cuando el procedimiento se programó para comenzar en septiembre de 2021, huyendo de la casa de ancianos donde vive.
La acusada, cuya cara sale borrosa en las fotografías de los medios por orden del tribunal, estaba presente cuando se pronunció el veredicto, sentada en una silla de ruedas. No habló ante la corte, salvo en una de las últimas audiencias en diciembre, cuando rompió su silencio. “Siento todo lo que sucedió”, declaró ante la instancia regional en Itzehoe.
Se trata de la primera mujer procesada en décadas en Alemania por los crímenes de la época nazi. La acusada era una adolescente cuando se cometieron sus presuntos delitos y por lo tanto fue juzgada por un tribunal de menores.
Se estima que 65.000 personas murieron en el campo cerca de la actual Gdansk, incluidos “prisioneros judíos, partisanos polacos y prisioneros de guerra rusos-soviéticos”, indicaron los fiscales.
Fuente: DW