Marruecos, que sigue invicta en la cita orbital, le dio una inmensa alegría a su país y las celebraciones alocadas no se han hecho esperar.
¡Clasificados! ¡Clasificados!”. El increíble sueño continúa y Marruecos bulle de alegría tras la clasificación de los ‘Leones del Atlas’ para las semifinales del Mundial Qatar 2022, una hazaña sensacional jamás lograda por un equipo africano o árabe.
“Me va a dar un infarto, ¡qué equipo, qué resistencia, qué hazaña!”, decía entusiasmada Ilham El Idrissi, de 34 años, en Casablanca.
Creo que estoy soñando despierto. ¡Pellízcame! ¡Estoy muy orgulloso de los Leones, les doy las gracias de todo corazón”, declaró Mouad Khairat, de 29 años, director de un centro de llamadas telefónicas.
Una vez más, como viene siendo habitual, las celebraciones colectivas comenzaron tras el pitido final desde el norte hasta el sur del reino, incluso en las provincias más remotas.
“No hay nada imposible en el fútbol, es la magia de este deporte”, predijo a la ‘AFP’ el exinternacional marroquí Abderrazak Khairi, principal artífice de la sorprendente victoria de su país sobre Portugal (3-1) en la Copa Mundial de la FIFA México 1986.
Nunca antes un país africano o árabe había superado los cuartos de final.
Camerún en 1990, Senegal en 2002 y Ghana en 2010 no lograron alcanzar las semifinales del torneo más prestigioso.
“El equipo marroquí consiguió hacer lo imposible. Queremos la Copa ya”, declaró Ali Gyme, de 24 años.
Por segunda vez en cuatro días, Marruecos escribe la página más hermosa de su historia. Y esta vez, también es la más importante del continente africano. Ya no es un torneo… es una epopeya”, comentó Wiloo, un usuario de Twitter.
El sueño continúa para los ‘Leones del Atlas’, pero también para todos los marroquíes.
“El fútbol parece haber trascendido las fronteras del deporte para pisar el perímetro de lo inmanente”, escribe esta semana el editorialista del semanario ‘TelQuel’.
Es cierto que la epopeya de los Leones del Atlas involucra ahora a todo un pueblo, fanático del “deporte rey”.
En Casablanca, templo del fútbol marroquí, las camisetas de la selección y las banderas rojas con la estrella verde están por todas partes en los escaparates, las tiendas y los mercados.
La locura es tal que ya se han pintado los primeros murales gigantes con la imagen de Hakim Ziyech y del entrenador Walid Regragui, elevado a la categoría de héroe nacional.
El técnico marroquí tomó las riendas del equipo menos de tres meses antes del inicio de la competición, tras la destitución de Vahid Halilhodzic.
Orgullo africano y árabe
Más allá de las fronteras del reino, la selección marroquí entusiasma al continente africano y al mundo árabe.
De Gaza a Túnez, pasando por Argel y Dakar, las sucesivas victorias de Marruecos han unido a los aficionados gracias a los Leones.
“Es el Mundial del orgullo recuperado. Es el Mundial de los sin voz, que gritan su alegría y desahogan su frustración por su nueva visibilidad y su rehabilitado amor propio. La catarsis es total”, prosigue ‘TelQuel’.
Fuente: CARACOL TV