El fenómeno de pérdida de masa muscular suele pasar desapercibido porque no provoca dolor. Si bien está asociado al envejecimiento, también puede ocurrir en adultos jóvenes
A medida que la expectativa de vida aumenta en el mundo, uno de los grandes desafíos es cómo envejecer de manera saludable y cómo alcanzar una longevidad plena sin enfermedades graves en el horizonte. Quizás para predecir cuánto viviremos, sea necesario prestar más atención a los músculos, ya que la fuerza muscular puede ser la clave para una vida más larga y saludable.
La última evidencia científica demuestra que la masa muscular puede ser aún más esencial para vivir más años de lo que se pensaba. Según una revisión sistemática publicada en el British Journal of Sports Medicine a principios de este año, el entrenamiento de fortalecimiento muscular pueden reducir el riesgo de mortalidad entre un 10 y un 17%.
La pérdida de cantidad y calidad de músculo va avanzando con el paso del tiempo, es un proceso gradual y habitualmente pasa desapercibido, porque no causa dolor. El cuerpo va perdiendo rendimiento, la fuerza disminuye, lo que en la medicina se conoce como sarcopenia, y muchos lo atribuyen al envejecimiento. Sin embargo, no es un camino al que los años conduzcan inevitablemente.
Los signos y síntomas incluyen debilidad, cansancio, falta de energía, problemas de equilibrio y dificultades para caminar y mantenerse de pie. La pérdida de masa muscular o la debilidad en ocasiones provocan caídas, fracturas y otras lesiones graves. Es posible que la edad avanzada, hacer muy poco o nada de ejercicio y una nutrición inadecuada aumenten el riesgo de padecer sarcopenia.
“Probablemente, el 20% de las personas mayores de 65 o 70 años deberían ser diagnosticadas con sarcopenia”, aseguró el fisiólogo William Evans, investigador de la Universidad de California, Berkeley, EEUU, y el primer especialista que describió el término.
Cómo medir la fuerza
En ese sentido, el doctor Alberto Cormillot explicó en Infobae que, cada vez más, los profesionales de la salud indican además de los chequeos médicos de rutina sobre colesterol, glucemia y salud cardíaca, un análisis para estudiar la fuerza que tiene el paciente. En este tipos de estudios se mide el grado de funcionamiento del cuerpo, a partir de cuatro aspectos: la fuerza que tiene el paciente, la velocidad, la resistencia y el equilibrio. Estos cuatro componentes marcan el grado de fortaleza que tienen los músculos del cuerpo.
Todas las personas pierden fuerza y masa muscular a medida que envejecen, esta pérdida es acumulativa y se hace especialmente sensible a partir de los 70 años. “Si podemos prevenir este fenómeno, si se puede seguir un tratamiento, entonces creo que el objetivo es que la mayoría de nosotros podamos permanecer independientes hasta morir. Ese es el objetivo”, dijo Evans al medio estadounidense
“¿Cuál es la importancia, después de los 40 o 50 años, de que un kinesiólogo o deportólogo nos mida la fuerza? La fuerza muscular se mide con un instrumento que tienen estos profesionales de la salud y con este aparato la persona se tiene que sentar derecha, con el brazo en ángulo recto, aprieta, y ahí lo que se calcula es la fuerza que se tiene. Por arriba del valor de 23 está bien y de 30 está muy bien”, detalló el doctor Cormillot. Un dato importante: la fuerza del brazo es la que mejor representa a la fuerza de todo el cuerpo.
¿Envejecimiento o enfermedad?
Todas las personas pierden fuerza y masa muscular a medida que envejecen, esta pérdida es acumulativa y se hace especialmente sensible a partir de los 70 años. “Si podemos prevenir este fenómeno, si se puede seguir un tratamiento, entonces creo que el objetivo es que la mayoría de nosotros podemos permanecer independientes hasta morir. Ese es el objetivo”, dijo Evans al medio estadounidense Neo.Life.
Uno de los aspectos fundamentales para recuperar el tono muscular y, en consecuencia, la independencia en la vejez, es que la población sea consciente de que éste es un problema “prevenible y tratable”, sostuvo el profesional que describió por primera vez el concepto de sarcopenia.
Desde el punto de vista médico, el tratamiento preventivo radica en cambios en la alimentación y una rutina de ejercicio físico. Justamente la sarcopenia es prevenible a través de una dieta que incluya niveles altos de proteínas y actividad física regular a lo largo de la vida, lo importante es actuar antes de que aparezca. Una vez que se diagnostica la sarcopenia, es muy difícil recuperar la masa muscular perdida.
Sin embargo, llegar al diagnóstico no es un proceso sencillo. A menudo, quienes padecen sarcopenia presentan otras dolencias que pueden confundir los resultados de la prueba de fuerza. Por ejemplo, la pérdida de coordinación puede ser un signo de problemas neurológicos o deterioro cognitivo, con o sin cambios en la masa muscular.
El Grupo de Trabajo Europeo sobre Sarcopenia en personas mayores (EWGSOP) actualizó sus criterios para la evaluación y diagnóstico de la sarcopenia en 2018. En primer lugar, aclaró que la sarcopenia es una enfermedad que tiene su origen en la pérdida de masa muscular que se acumula a lo largo de la vida, pero que si bien es un trastorno frecuente entre los adultos mayores, también puede ocurrir en adultos jóvenes.
Los expertos sugirieron parámetros de diagnóstico para varias pruebas y definieron la enfermedad como una combinación de pérdida de fuerza muscular y baja calidad y cantidad de la masa muscular. La sarcopenia grave se describió como estos síntomas combinados con un rendimiento físico deficiente, como dificultad para caminar o ponerse de pie.
Por todo esto, los expertos coinciden en que es un fenómeno que debe conocerse, y en especial son los profesionales de la salud quienes deben indicar pruebas diagnósticas, ya que la sarcopenia si bien está fuertemente asociada al paso de los años, no es una consecuencia inevitable del envejecimiento.
Fuente: INFOBAE