China ordenó el confinamiento de seis millones de personas en la ciudad de Zhengzhou, sede de la mayor fábrica de teléfonos iPhone del mundo, donde estallaron violentas protestas por las condiciones salariales y de aislamiento de la plantilla.
La restrictiva estrategia “cero covid” del gigante asiático se ve acorralada por los múltiples brotes surgidos en el país, que registró este jueves su cifra más alta de contagios diarios de la pandemia.
El malestar por la continua imposición de medidas desemboca en manifestaciones como las de cientos de trabajadores de esa fábrica en Zhengzhou, que se enfrentaron el miércoles con policías antidisturbios y agentes con trajes de protección y porras.
En medio de este malestar, las autoridades municipales ordenaron un test masivo de la población y el confinamiento de varios distritos de esta urbe del centro de China a partir del viernes.
Los residentes del centro de la ciudad no pueden abandonar la zona si no disponen de un test de covid negativo y no obtienen permiso de las autoridades. Además, no pueden salir de casa “salvo necesidad”.
Las restricciones afectarán más de seis millones de personas, casi la mitad de la población de Zhengzhou, pero no cubren la zona donde se ubica la fábrica de iPhone, cuya plantilla lleva semanas bajo restricciones.
Un trabajador explicó bajo anonimato a la AFP que la protesta nació por una disputa vinculada al pago de un bono prometido por el gigante tecnológico taiwanés Foxconn, que confinó a los empleados dentro del complejo.
Según su versión, Foxconn les había prometido un pago adicional de 3.000 yuanes (420 dólares), pero solo recibieron 30 yuanes.
Además, muchos trabajadores se quejaban de las “caóticas” condiciones de vida en el interior de la planta, añadió esta fuente.
La firma taiwanesa presentó el jueves una disculpa a la plantilla y atribuyó el problema a un “error técnico” en el sistema de pago de salarios.
También dijo que “entiende completamente” las inquietudes de sus empleados y que “intentará hacer lo máximo para solucionar las preocupaciones y demandas razonables” de la plantilla.
Fatiga covid
Las medidas tomadas en Zhengzhou forman parte de la estrategia “cero covid” de China para erradicar el virus de su territorio a través de confinamientos, restricciones de viaje y test masivos.
Sin embargo, después de casi tres años de pandemia, los casos de covid-19 en el país son más altos que nunca.
La Oficina Nacional de Salud reportó el jueves 31.444 nuevos contagios registrados en la jornada anterior.
Aunque la cifra es baja en una población de 1.400 millones, especialmente comparada con los balances del resto del mundo en el pico de la pandemia, estos brotes provocan múltiples restricciones en el país.
El carácter vago y cambiante de estas medidas y su afectación en la segunda economía mundial están mellando a la población.
Varias ciudades como Pekín, Shanghái, Cantón y Chongqing endurecieron sus restricciones ante el aumento de casos.
La capital exige ahora un test negativo de covid en las últimas 48 horas para entrar en centros comerciales, hoteles o edificios públicos. Además, las escuelas pasaron a enseñar en remoto.
El centro manufacturero de Cantón (sur), donde se detectaron un tercio de los casos nacionales, construyó miles de habitaciones temporales de hospital para acomodar a los pacientes.
Este endurecimiento en múltiples lugares ocurre poco después de que el gobierno central anunciara medidas que apuntaban a una tímida reapertura, como reducir la cuarentena exigida a los viajeros llegados al país.
Pero incluso la ciudad de Shijiazhuang, vecina de Pekín y considerada una prueba piloto de las estrategias de reapertura, revocó esta semana la mayoría de medidas de flexibilización decretadas.
“El camino a la reapertura puede ser lento, costoso y turbulento”, dijo en un informe Ting Lu, jefe de economista para China en el banco japonés Nomura.
Fuente: RFI