Ryan Lloyd compartió su historia para que otros puedan detectar a tiempo el riesgo.
Un británico de 26 años, diagnosticado cuando tenía 22 con un tipo de cáncer en la sangre en etapa avanzada, asegura que la primera señal de advertencia sobre su estado de salud fue no haber podido lidiar con una resaca tras beber algunas cervezas.
Ryan Lloyd, quien compartió su historia con medios locales para que otros puedan detectar a tiempo algún asomo de esa enfermedad, relató que al siguiente día de tomar unos tragos, durante su visita a un mercado navideño en la ciudad de Birmingham en 2018, comenzó a sentirse muy mal. En un principio creyó que había contraído una infección bacteriana, por un vaso contaminado, y no le dio mucha importancia, pero durante los siguientes dos meses su salud se deterioró y sufrió de sudores nocturnos y pérdida inexplicable de peso.
Una prueba sanguínea reveló que su recuento de glóbulos blancos era alto. Luego de experimentar un “insoportable” dolor de espalda, una tomografía y una biopsia confirmaron que padecía de linfoma de Hodgkin en estadio IV, una neoplasia que se origina en el tejido linfático.
“Al instante pensé lo peor, pero estaba feliz en cierto modo, ya que finalmente supe por qué me sentía tan mal; en realidad, había una razón (…) Saber que la primera señal provino de unos inocentes tragos fue realmente extraño. Nunca antes había reaccionado así [a la cerveza], pero ahora que he pasado por todo esto, todo cobra sentido”, contó el joven.
La enfermedad había afectado su médula ósea, cadera, columna vertebral, cuello y bazo. Comenzó en 2019 un tratamiento de quimioterapia en el hospital Queen Elizabeth de Birmingham, que se prolongó por seis meses. En enero de 2020, los médicos le informaron que el cáncer estaba en remisión, pero a comienzos de 2021 le notificaron que había regresado, esta vez a su cuello y bazo. Tras una nueva ronda de terapias, en julio de ese mismo año la dolencia volvió a remitir.
Ahora que ha superado su condición, Ryan planea casarse el próximo año con su novia de la universidad, que conoció en 2015. “El cáncer me hizo quien soy y ahora voy a seguir adelante”, asegura.
El linfoma de Hodgkin puede desarrollarse a cualquier edad, pero afecta principalmente a personas de entre 20 y 40 años o a los mayores de 75, detalla el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido. Su síntoma más común es una hinchazón en el cuello, las axilas o la ingle, generalmente indolora. Algunas personas pueden sufrir síntomas más generales, como sudores nocturnos, pérdida de peso involuntaria, tos persistente, temperatura alta, dificultad para respirar y picazón prolongada en la piel.
Alrededor de 8 de cada 10 pacientes viven al menos cinco años y una mayoría logra curarse. No obstante, existe el riesgo de problemas a largo plazo después del tratamiento, incluida la infertilidad y un mayor riesgo de desarrollar algún otro tipo de cáncer en el futuro.
Fuente: RT