Torcedura del cuello, rigidez en las alas y delgadez extrema. Un mal contagioso circula entre las palomas cautivas y silvestres.
Desde hace unas semanas, Reino Unido es el campo de batalla de un mal que escapa de la ficción: un paramixovirus, pariente del patógeno del moquillo canino y del sarampión humano, está atacando a las palomas y se teme que lo haga también con otras aves silvestres.
Tal como se detalla Gov.uk, sitio web de información del sector público de la nación insular, este virus presenta los siguientes signos:
- Parálisis parcial de alas y patas: las aves pueden caerse al aterrizar y no poder alimentarse
- Signos nerviosos: temblor de alas y cabezas, y torcedura del cuello
- Heces inusualmente húmedas y líquidas que a menudo son de color verdoso
- Tranquilidad, pérdida de apetito y renuencia a moverse.
Debido a ese conjunto de síntomas, las palomas infectadas han sido apodadas ‘zombies’.
Paramixovirus: ¿cómo se propaga entre las palomas?
Según informa el portal oficial, la enfermedad extremadamente contagiosa se propaga a través de la materia fecal y de otras secreciones. Por ejemplo, mediante transportadores de palomas que no han sido adecuadamente limpiados y desinfectados, agua potable en palomares y colombófilos portadores de infecciones en la ropa, las manos y los pies.
Por su parte, un portavoz de la Sociedad de Jersey para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales indicó que este mal también puede afectar a las aves de corral. Por tanto, recomendó reconocer la infección tan pronto se manifieste, ya que, una vez expandida la enfermedad, los animales no responden al tratamiento.
¿El mal de las palomas ‘zombies’ puede afectar a los humanos?
El mismo portavoz ha señalado que la sintomatología detectada en las palomas de la isla de Jersey, situada en el canal de la Mancha, no afecta al mismo nivel a los humanos, pero sí puede causar conjuntivitis a quienes manipulan aves infectadas.
¿Cómo reacciona Reino Unido frente a las palomas ‘zombies’?
De acuerdo con el diario The Mirror, muchas de las palomas contagiadas han tenido que ser sacrificadas para evitar que sigan sufriendo.