Un estudio publicado en la revista BMC Biology señaló que el equilibrio en la alimentación influye en el proceso de envejecimiento. En qué consisten los cuatro patrones detectados por los expertos
Poco se sabe acerca de cómo la variación normal en los patrones dietéticos de los humanos afecta el proceso de envejecimiento. Hasta la fecha, la mayoría de los análisis del problema han utilizado un paradigma unidimensional, preocupándose un solo nutriente, en un solo resultado. Quizás, entonces, nuestra capacidad para comprender el problema se haya complicado por el hecho de que tanto la nutrición como la fisiología del envejecimiento son altamente complejas y multidimensionales, ya que involucran un gran número de interacciones funcionales. Los investigadores de la Universidad de Columbia intentaron develar como nuestra dieta influye en el proceso de envejecimiento.
Según indicaron investigadores un estudio publicado en la revista BMC Biology, la respuesta es extremadamente compleja. En lugar de optimizar una serie de nutrientes de uno en uno, la investigación científica sobre dietas saludables debe adoptar un enfoque más holístico, basado en el equilibrio de conjuntos de nutrientes.
“Nuestra capacidad para comprender el problema se ha visto complicada por el hecho de que tanto la nutrición como la fisiología del envejecimiento son muy complejas y multidimensionales, lo que implica una gran cantidad de interacciones funcionales”, profundizó Alan Cohen, profesor asociado de ciencias de la salud ambiental en Mailman School, perteneciente a la Universidad de Columbia. Este estudio, por lo tanto, proporciona las razones de por qué es importante mirar más allá de un solo nutriente a la vez como respuesta única a la antigua pregunta de cómo vivir una vida larga y saludable.
A través de una serie de técnicas, los autores del estudio probaron el impacto de la ingesta de nutrientes en la desregulación fisiológica entre un grupo de adultos mayores. Esto condujo al descubrimiento de patrones clave entre nutrientes específicos asociados con un envejecimiento biológico mínimo. “Nuestro enfoque presenta una hoja de ruta para futuros estudios para explorar la complejidad total del panorama de la nutrición y el envejecimiento”, indicó Cohen, quien también trabaja con el Centro de Envejecimiento de Butler Columbia.
Los datos incluyeron a 1560 hombres y mujeres mayores, de entre 67 y 84 años. Los investigadores seleccionaron al azar a todos esos participantes entre noviembre de 2003 y junio de 2005 de las áreas de Montreal, Laval o Sherbrooke en Quebec, Canadá. Para obtener los datos, volvieron a examinar a cada persona anualmente durante un total de 3 años y los rastrearon en el transcurso de otros cuatro. La intención de esos esfuerzos era evaluar, a gran escala, cómo se asocia la ingesta de nutrientes con el proceso de envejecimiento.
El equipo de investigación cuantificó tanto el envejecimiento como la pérdida de homeostasis relacionada con la edad (desregulación fisiológica) mediante la integración de biomarcadores sanguíneos. El equipo colocó los efectos de la dieta dentro del marco geométrico para la nutrición y los aplicó a los macronutrientes y 19 micronutrientes. A partir de ahí, los autores del estudio crearon 8 modelos que exploran diferentes predictores nutricionales. También estaban seguros de ajustarse a varios factores relevantes adicionales, como los ingresos, el nivel educativo, la edad, la actividad física, el número de comorbilidades, el sexo y los hábitos actuales de tabaquismo.
Los científicos encontraron cuatro patrones amplios que conectan la dieta y la longevidad:
– El nivel óptimo de ingesta de nutrientes dependía de la métrica de envejecimiento elegida. La ingesta elevada de proteínas mejoró o deprimió algunos parámetros de envejecimiento, y los niveles elevados de carbohidratos mejoraron o deprimieron otros.
– En ciertos casos, los niveles intermedios de nutrientes funcionaron bien para numerosos resultados.
– Parece haber una amplia tolerancia a los patrones de ingesta de nutrientes y no se desvía demasiado de las normas (mesetas homeostáticas).
– Los niveles óptimos de un nutriente a menudo dependen de los niveles de otro (vitamina E y vitamina C ). Los enfoques analíticos más simples son incapaces de captar y detectar tales asociaciones.
Los autores del estudio también desarrollaron una herramienta interactiva para explorar cómo diversas combinaciones de micronutrientes afectan diferentes aspectos del envejecimiento. En general, estos hallazgos son consistentes con trabajos experimentales anteriores con ratones que encontraron que una dieta rica en proteínas puede acelerar el proceso de envejecimiento en una etapa temprana de la vida, pero puede ser más beneficiosa a edades más avanzadas.
“Estos resultados no son experimentales y deberán validarse en otros contextos. Es posible que los hallazgos específicos, como la prominencia de la combinación de vitamina E y vitamina C, no se reproduzcan en otros estudios. Pero es probable que se mantenga el hallazgo cualitativo de que no hay respuestas simples para una nutrición óptima: fue evidente en casi todos nuestros análisis, desde una amplia variedad de enfoques, y es consistente con los principios evolutivos y mucho trabajo previo”, concluyó Cohen.
El equipo de profesionales a cargo de la investigación se completa con Alistair M. Sénior, Véronique Legault, Francisco B. Lavoie, Nancy Press, Pierrette Gaudreau, Valeria Turcot, David Raubenheimer, David G. Le Couteur y Stephen J. Simpson.
Fuente: INFOBAE