Aunque todos esperamos morir de una forma tranquila y en paz, existen ciertas causas de fallecimiento que pueden llegar a ser agónicas
Los seres humanos tenemos un miedo natural a morir, el final de la vida es una propuesta cuanto menos aterradora, incluso si no ocurre hasta dentro de muchos años. Y aunque la mayoría de nosotros esperamos poder morir en paz mientras dormimos, la vida no siempre es tan fácil y hay algunos caminos que son peores que otros. Ya sea por inyección letal, electrocución, envenenamiento por radiación o un ataque cardíaco común, algunas causas de muerte pueden ser mucho más desagradables que otras. Estas son las formas más dolorosas según la ciencia:
Crucifixión
Probablemente no debería sorprendernos que una de las formas más dolorosas de morir no sea una muerte natural, sino que fue inventada por los humanos para castigar a otros humanos. La mayoría de la gente sabe acerca de la crucifixión por la historia de Jesucristo, pero según el portal “Britannica”, esta práctica existía mucho antes de la época de Cristo, remontándose aproximadamente al siglo VI a.C.
Este acto es tan doloroso que, como señaló la Universidad Azusa Pacific, la palabra “insoportable” en realidad deriva de “crucifixión”. Por otro lado, “Forbes” señala que la mayoría de las representaciones de la crucifixión se equivocan en los detalles ya que las víctimas eran clavadas a la altura de las muñecas, no de las palmas. El medio explica que clavar un clavo en dicha zona se siente como si un rayo atravesara los dedos medio y anular, haciendo que las manos se contraigan en agonía. Asimismo, se emplea una estrategia similar en los pies y como resultado final la respiración se vuelve difícil y dolorosa. Por último, mientras continúa esta tortura, los insectos pueden comenzar a alimentarse de las heridas, causando aún más dolor.
Ahogamiento
Si bien la mayoría de las personas aceptan que ahogarse es una forma terrible de morir, pueden suponer que es una forma relativamente indolora. Después de todo, muchas personas que se están ahogando en realidad no parecen estar angustiadas e incluso cuando la gente grita pidiendo ayuda y se tambalea, parece más agotador que doloroso. Y cuando finalmente te hundes bajo las olas, se puede suponer que simplemente te desmayas. Pero nada más lejos de la realidad, ahogarse puede ser bastante doloroso.
Según “Medical Daily”, cuando estamos luchando en el agua, tendemos a hiperventilar. Esto generalmente conduce a respirar agua, lo que provoca un laringoespasmo o un espasmo de las cuerdas vocales. Según “Healthline”, respirar agua puede ser muy doloroso, y si te entra agua en los pulmones, la sensación es un dolor punzante que a menudo persiste en el tiempo, incluso si ya estás fuera del agua. Según un artículo de “The Medico-Legal Journal”, este proceso puede ser increíblemente doloroso, especialmente cuando se combina con el pánico que experimentan la mayoría de las personas mientras se ahogan. Y, como señaló el autor Sebastian Junger en su libro “La tormenta perfecta”, quedarse sin aire y no poder respirar es “pura agonía”. La única buena noticia es que una vez que haya estado privado de oxígeno durante el tiempo suficiente, se desmayará y, como resultado, el resto del proceso será bastante tranquilo.
Como cabría esperar, la muerte por electrocución no es algo divertido, de hecho, es increíblemente dolorosa. Esto ha sido claramente documentado al presenciar lo que le sucede a los presos cuando son ejecutados en la silla eléctrica. Según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte, es horrible. El voltaje que circula por el cuerpo a menudo hace que los músculos se agarroten, lo que puede provocar fracturas y huesos rotos. Los tejidos se hinchan dolorosamente y la piel puede ponerse de color rojo brillante y, a menudo, agrietarse a medida que la hinchazón empeora. Además, los globos oculares literalmente pueden salirse de sus órbitas y a menudo literalmente salen ardiendo. Según “Los Angeles Times”, a un hombre electrocutado en Florida en 1997 le salieron llamas de su cabeza.
Asimismo, no necesita una ejecución profesional para experimentar la agonía de la electrocución. El portal “Health” informa que un superviviente de una electrocución accidental experimentó lo que describió como un “dolor insoportable” y que requirió analgésicos de alta resistencia. Y el Centro Nacional de Información sobre Biotecnología “Bookshelf” señala que muchas personas que se electrocutan sufren lesiones cardíacas que provocan un fuerte dolor en el pecho. La conclusión es que ser electrocutado, ya sea de forma accidental o de la mano de la madre naturaleza, puede ser una forma terriblemente dolorosa de morir.
A nadie le sorprende ver “quemarse hasta morir” en una lista con las muertes más dolorosas que existen. Si alguna vez ha recibido incluso una pequeña quemadura, imagínese esa sensación por todo el cuerpo al mismo instante. Según la Doctora Valerie Rao, en su artículo “Patología forense de las lesiones térmicas”, las personas que mueren quemadas ven cómo su piel se vuelve negra y luego se abre para exponer el tejido debajo de las llamas. Pueden ahogarse con el humo y el hollín, y sus músculos se agarrotan dolorosamente. Según “The Guardian”, el dolor es más intenso cuando las llamas queman la piel y luego desaparece cuando los nervios se han quemado, aunque luego las llamas se extienden al siguiente área para comenzar el proceso nuevamente.
Sin embargo, existe una forma peor de morir quemado, al quedar atrapado en un flujo piroclástico, también conocido como lava. Según “IFLScience”, los flujos de lava pueden alcanzar temperaturas de 1.830 grados Fahrenheit. Quedarse atrapado en ellos podría parecer una muerte instantánea, pero ese instante sería agonizante. Su piel se cocinaría instantáneamente y todo su cuerpo se contraería en lo que se llama una “postura pugilística”. Asimismo, el cerebro podría hervirse dentro del cráneo.
Radiación
La radiación es aterradora porque es tan mortal como invisible, puede estar parado en una habitación rodeado por una gran cantidad de radiación y no saberlo hasta que su cuerpo comience a desmoronarse en una dolorosa agonía. Como señaló la investigadora Lydia Zablotska, en un estudio de la Universidad de San Francisco, California, el síndrome de radiación aguda (ARS), involucra radiación gamma. Esto significa que los fotones de alta energía penetran en su cuerpo y dañan tanto el tejido como el material genético. Esto puede resultar en una “cascada” de problemas de salud como; daño en la médula ósea y la pérdida resultante de la respuesta inmunitaria; daño en los intestinos que conduce a la deshidratación e infección y, finalmente, el colapso del sistema circulatorio.
No obstante, si eso suena lo suficientemente malo, según un artículo en la revista científica “Reports of Practical Oncology and Radiotherapy”, el dolor general y el dolor de cabeza que se experimenta son insoportables. Lo más aterrador del envenenamiento por radiación es que no es necesario estar involucrado en un accidente al estilo de Chernobyl para experimentar este nivel de sufrimiento. Como señaló “The New York Times”, en 2007 un hombre se expuso accidentalmente a dosis de radiación mientras se sometía a un tratamiento para el cáncer de lengua. Sufrió sordera, ceguera, pérdida de los dientes y de la capacidad para tragar, úlceras en la boca y la garganta y dolores intensos.
Cáncer de páncreas
Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, el cáncer puede causar dolor debido a la compresión de la médula espinal, donde un tumor presiona los nervios de la espalda. También puede causar daño en los huesos y por los efectos secundarios de la cirugía y los tratamientos de radiación. De acuerdo con “Practical Pain Management”, el cáncer también puede infligir un dolor insoportable a sus víctimas al atacar directamente las células nerviosas de su cuerpo.
No obstante, si bien cualquier cáncer puede volverse agonizante a medida que avanza, el portal médico “MedicineNet” señala que el cáncer de páncreas no es solo uno de los cánceres más mortales, sino que también suele ser el más doloroso. Esto se debe a que invade agresivamente los nervios cerca del páncreas. Lo que conduce a un dolor abdominal y de espalda severo, pudiendo conducir a obstrucciones intestinales que aumentan el sufrimiento. Según “Healthline”, el cáncer de páncreas también es muy difícil de diagnosticar y alrededor del 80% de los tumores no se detectan hasta que la enfermedad está lo suficientemente avanzada como para comenzar a causar un dolor agonizante. Por último, “Pancreatic Cancer UK” agrega que el cáncer de páncreas también puede causar dolor en los tejidos blandos.
Inyección letal
Después de años de desafíos legales, la mayoría de los estados han abandonado el protocolo de tres medicamentos a favor del uso de medicamentos individuales, la mayoría de los cuales nunca han sido estudiados o probados. Según “The New York Times”, incluso cuando los protocolos de inyección letal se siguen perfectamente, esos “cinco minutos sin dolor” a menudo pueden resultar en 14 minutos de “dolor y horror”. Aunque la Iniciativa de Igualdad de Justicia informa que a veces puede llegar a las dos horas, y la “National Public Radio” informa que esta inyección causa agonía y una sensación muy similar a la de ahogarse. Las autopsias de los prisioneros ejecutados han encontrado que sus pulmones se encontraban llenos de líquido y sangre, un edema pulmonar extremo. Aunque lo peor de todo es que muchas de las drogas utilizadas en la inyección letal no son anestésicos. Inducen somnolencia, pero no hacen nada para detener el dolor. Razón por la que muchos de los testigos de las ejecuciones han descrito a los condenados mostrando signos de agonía antes de morir.
Ataque al corazón
Fuente: LA RAZON ESPAÑA