Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han descubierto que los familiares de primer grado de los pacientes con hígado graso no alcohólico (HGNA), caracterizada por una fibrosis avanzada, tienen un riesgo del 15 por ciento de desarrollar la enfermedad.
Aproximadamente una cuarta parte de la población mundial padece HGNA, un término que engloba una serie de afecciones hepáticas que afectan a personas que beben poco o nada de alcohol. La HGNA puede provocar cirrosis, cáncer de hígado e insuficiencia hepática.
Los resultados de esta nueva investigación, publicados en la revista científica ‘Journal of Clinical Investigation’, ponen de relieve la importancia del cribado temprano tanto de los hermanos como de la descendencia de los pacientes con HGNA.
“Hasta ahora, los familiares de primer grado que acompañaban a sus seres queridos con enfermedad hepática para recibir tratamiento médico no sabían que corrían un mayor riesgo de desarrollar ellos mismos una fibrosis avanzada. La enfermedad hepática es un asesino silencioso. La mayoría de la gente no sabe que tiene un problema hepático hasta que está avanzado y desarrolla una cirrosis porque no hay síntomas evidentes”, ha comentado el doctor Rohit Loomba, primer autor del estudio.
Según el experto, los hallazgos de este estudio podrían desempeñar un papel clave en la detección temprana. “Nuestro objetivo y nuestra misión son identificar antes a los pacientes que tienen problemas hepáticos más avanzados, y de forma no invasiva, para evitar la progresión hacia la cirrosis”, ha detallado Loomba.
La HGNA es una enfermedad metabólica compleja con factores de riesgo genéticos y ambientales subyacentes. Estudios recientes han demostrado que la HGNA y la fibrosis hepática relacionada con la HGNA son hereditarias, y que la fibrosis avanzada puede agruparse en las mismas familias.
En el estudio participaron casi 400 familiares de primer grado inscritos en dos cohortes independientes de Estados Unidos y Finlandia. La fibrosis hepática se evaluó mediante elastografía por resonancia magnética y otras modalidades de imagen no invasivas.
Los resultados han proporcionado a los investigadores la evidencia científica necesaria para recomendar la realización de cribados rutinarios de fibrosis avanzada entre los familiares de primer grado de pacientes con cirrosis o fibrosis avanzada.
“Los hermanos y los descendientes de los pacientes deberían ser evaluados en torno a los 40 o 50 años. Nuestros hallazgos podrían cambiar el estándar de atención para esta población de alto riesgo”, ha resaltado Loomba.
El experto ha añadido que también es clave educar a los familiares de primer grado sobre los factores de riesgo, como el consumo excesivo de alcohol, el aumento de peso y el estilo de vida sedentario.
“Muchos genes relacionados con la enfermedad hepática se modifican en función del estilo de vida de una persona y de lo que come. Esto significa que los familiares de primer grado pueden ayudar a prevenir el desarrollo de la fibrosis avanzada si son conscientes del riesgo y están dispuestos a modificar su estilo de vida. Hay que informar a los pacientes de cuál es su riesgo, porque así es más probable que cambien su comportamiento y su estilo de vida”, ha afirmado Loomba.
De cara al futuro, Loomba ha remachado que el siguiente paso será determinar los factores genéticos dentro de las familias que aumentan el riesgo de HGNA para identificar y tratar a los pacientes antes.