Y más de 34 mil muertes. Solo el 6% de pacientes detecta la enfermedad a tiempo. Mayoría de decesos ocurren en regiones de la Amazonía. Cáncer de cuello uterino y mama son los más recurrentes en mujeres y el de próstata en los hombres.
Apenas unas semanas después de haber cumplido 20 años, Indyra Oropeza fue diagnosticada con leucemia, un tipo de cáncer a la sangre que afecta la médula ósea con gran agresividad.
Con muchos sueños pendientes y una hija de solo dos años, sintió su vida paralizada al descubrir que sus niveles de sangre estaban alterados. “Nadie a los 20 años, y creo que a ninguna edad, espera que te digan que tienes cáncer”, dice.
La clave, en su caso, fue la detección temprana.
De acuerdo con el director ejecutivo de la Dirección de Prevención y Control de Cáncer del Ministerio de Salud, Víctor Palacios, el tipo de cáncer más frecuente en varones es el de próstata, mientras que en mujeres es el de cuello uterino y mama.
Indyra se enteró de su enfermedad al hacerse el examen oncológico anual. Fue precisamente esa medida preventiva lo que le salvó la vida. “Muchas personas piensan que el cáncer duele, avisa o presenta síntomas. Incluso que solo les da a personas mayores. Es mentira”, dice la también lideresa de la organización ‘Con L de Leucemia’.
34 mil muertes al año
Las cifras le dan la razón a Yndira. Al año, al menos 34 mil personas mueren a causa de esta silenciosa enfermedad.
El cáncer de estómago, pulmón, a la próstata, colon-recto y de cuello uterino son los más agresivos y recurrentes.
Y a nivel regional, los decesos se concentran en la Amazonía peruana, sobre todo en las regiones de Amazonas, San Martín, Madre de Dios, Huánuco y Loreto.
¿A qué se debe esta tendencia? Para el médico Víctor Palacios, la falta de diagnóstico temprano genera una tardanza en el tratamiento. “Nosotros estamos identificando el cáncer en la etapa más avanzada”, indica.
Agrega que es importante detectar temprano la enfermedad para salvar más vidas. Y recuerda que antes de la pandemia cerca del 17% de casos se detectaba mediante un tamizaje, pero ese porcentaje cayó a un 6% en los dos últimos años.
Palacios es consciente que existe una enorme brecha en el equipamiento médico en materia de prevención del cáncer. Según estimaciones, esta bordea los 300 millones de soles.
En la lista de las necesidades están los resonadores, tomógrafos, mamógrafos, entre otros. En ese sentido, señala que el Minsa tiene prevista una inversión de cien millones de soles para esta tarea, así como S/188 millones adicionales para crear un servicio de radioterapia.
El buen tratamiento
“Es una enfermedad larga y dolorosa”. Así describe Indyra su experiencia. Y es que lleva más de nueve años entre tratamientos y diagnósticos.
Según cuenta, fueron las palabras de su médico las que la alentaron a iniciar su largo tratamiento. “Yo no voy a dejar que te pase nada”, le dijo.
Y asegura que el tener acceso a un seguro privado le permitió un tratamiento oportuno. Sin embargo, es consciente de que eso no ocurre en todos los casos. La atención puede demorar -indica- hasta 6 meses.
“Las personas no pueden esperar mucho tiempo, porque van falleciendo, porque el cáncer no espera a que se arregle la máquina o haya el medicamento”.
Señala que al Estado le falta ver a largo plazo, ya que, si se acelera el diagnóstico en un paciente oncológico, entonces el costo es más bajo.
Añade que igual ocurre con las medicinas, ya que si se compra en mayor cantidad, disminuyen los costos. “No solo falta infraestructura sino también especialistas que manejen los equipos”, menciona.
El Ministerio de Salud anunció que en el presupuesto del año 2023 se contempla ampliar 126 plazas de residentado médico, a fin de contar con más especialistas en las regiones.
En cuanto al presupuesto para el cáncer, hace poco se logró un monto adicional de 123 millones de soles. Además, se está solicitando un presupuesto para recursos humanos.
La clave
Cáncer de mama. El costo de un tratamiento para un paciente en etapa avanzada bordea los 200 mil soles, según la Asociación Peruana de Empresas de Seguros.
Fuente: LA REPÚBLICA