Una de las mayores minas europeas de litio, del que depende la industria de las baterías y que es esencial para el funcionamiento de los autos eléctricos, empezará a operar en el macizo Central de Francia antes de 2027.
El proyecto “Emili”, anunciado el lunes por el grupo francés de minerales industriales Imerys, podría ayudar a Europa a deshacerse de su dependencia casi total de China a la hora de conseguir el litio necesario para las baterías de los vehículos eléctricos, que supuestamente serán los únicos que podrán venderse en la Unión Europea (UE) a partir de 2035.
Tras 18 meses de sondeos y estudios, se confirmó el interés económico de la mina, ubicada en el subsuelo de una cantera de caolín situada en Beauvoir, en el centro del país.
Con la explotación de ese yacimiento, “ayudaremos a Europa a descarbonizarse”, declaró el lunes a la prensa Alessandro Dazza, director general de Imerys.
“Este proyecto, ejemplar tanto en el plano medioambiental como climático, reducirá drásticamente nuestras necesidades de importación de litio”, destacó el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, citado en un comunicado del grupo. Según el ministro, la iniciativa contará con el apoyo del gobierno galo.
“Un millón de toneladas”
En Europa existen una decena de proyectos de explotación de litio y el de Imerys es el segundo más importante, después de que Rio Tinto abandonara uno en Serbia el pasado enero, y por detrás del de la empresa emergente Vulcan en el valle del Rin, en Alemania.
Beauvoir alberga desde 1850 una cantera en la que se producen 30.000 toneladas de caolín al año, destinado a la porcelana o los azulejos. Las “concentraciones y cantidades” de litio allí fueron consideradas “muy atractivas”, según el grupo.
Desde los años 1960, la oficina de investigación geológica y minera de Francia (BRGM) había identificado la presencia de litio en el subsuelo de la cantera pero, hasta hace poco, Imerys ignoraba la concentración del mineral y si el sitio podía resultar rentable.
“Consideramos que el yacimiento tendría en torno a un millón de toneladas de óxido de litio”, declaró Dazza. Es decir, “mucho más de lo que pensaba la BRGM” en un principio (320.000 toneladas).
Una cantidad suficiente para producir “34.000 toneladas de litio al año a partir de 2028, durante al menos 25 años” y “equipar el equivalente de 700.000 vehículos eléctricos con baterías de ion de litio” al año, según Imerys.
Unas cifras que no se deben despreciar, apunta el grupo, que señala que la producción mundial actual de carbonato o hidróxido de litio, los dos elementos utilizados en las baterías, no supera las 450.000 toneladas en todo el mundo.
Para 2040, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que esa producción se multiplique por 40.
En el sitio de Beauvoir, “podría haber más de lo que hemos estimado, seguiremos estudiando [el yacimiento] para ver si se pudieran dar 30 o 35 años de explotación”, agregó Dazza.
La concentración se sitúa entre 0,9% y 1%, es decir, que hay que extraer casi 100 toneladas de roca para conseguir una tonelada de litio.
A largo plazo, la empresa promete 1.000 empleos directos e indirectos en la región de Auvernia-Ródano-Alpes, en dos emplazamientos: la mina de extracción subterránea que contiene el litio, a entre 75 y 350 metros de profundidad; y una fábrica de purificación de minerales y de transformación de hidróxido de litio, a menos de 100 kilómetros de la mina.
Impacto medioambiental
Queda por ver la reacción, y las probables críticas, de los activistas medioambientales ante el proyecto minero.
Imerys indicó que la mina adoptaría un estándar internacional que se está elaborando, el “IRMA”, que busca reducir las emisiones tóxicas y minimizar el consumo de agua.
La explotación se hará bajo tierra, lo que minimizará el polvo, y el transporte de rocas se realizará por canalización y vías férreas para evitar el desplazamiento de camiones entre la mina y las instalaciones industriales.
En cuanto a las emisiones generadas por la explotación, el grupo calcula unos ocho kg de CO2 por cada tonelada de litio, frente a los entre 16 y 20 kg que se emiten en Australia y China, según Imerys.
Fuente: RFI