Pese a estar el doble de lejos de la estrella, la superficie de Venus es más caliente que la de Mercurio. Te explicamos por qué ocurre esto.
Aunque la intuición nos indique que los planetas del sistema solar tienen una superficie más fría a medida que se encuentran más lejos del Sol, Venus es la gran excepción.
En esta nota te explicamos la ciencia detrás de este dato astronómico.
Diferencias entre Mercurio y Venus
Mercurio es el planeta más pequeño del sistema solar y el que se ubica más cerca del Sol, a una distancia promedio de 58 millones de kilómetros. Mientras tanto, Venus, el segundo planeta de la lista, es casi tres veces más grande y está casi dos veces más lejos del Sol que Mercurio (108 millones de kilómetros).
Pero de entre todas las diferencias de ambos planetas (velocidad de traslación, rotación, tamaño, dirección de movimiento, etc.), hay una que es clave en esta historia: su atmósfera.
Mientras que Mercurio posee una atmósfera muy delgada, la de Venus es extremadamente densa, casi 90 veces mayor que la atmósfera terrestre, según la agencia espacial estadounidense.
Mercurio tiene una atmósfera débil por lo que toda la radiación ingresa a la superficie y se libera al espacio con facilidad. No obstante, con Venus no ocurre lo mismo.
La densa atmósfera del segundo planeta interno está compuesta principalmente de dióxido de carbono, un gas que si bien permite que la radiación solar lo atraviese, una vez dentro un gran porcentaje de este queda retenido. Cuanto más CO2 hay en una atmósfera, más luz solar queda atrapada.
Esto ha generado que Venus experimente una suerte de “efecto de invernadero descontrolado”, lo que hace que su superficie sea tan caliente como para derretir el plomo.
Fuente: LA REPÚBLICA