La ESA ha utilizado los datos de la sonda espacial Gaia para calcular cuándo se “apagará” el sol
La Agencia Espacial Europea (ESA) ha puesto fecha de caducidad al planeta Tierra, un acontecimiento que estará provocado por el final de la vida del sol. Los científicos de la ESA han utilizado los datos de la sonda espacial Gaia para calcular cuándo se “apagará” el sol y terminará con la vida en la tierra.
Según sus cálculos, el sol tiene tiene una edad de alrededor de 4.570 millones de años y se encuentra en una edad media. Actualmente está en una fase bastante estable y su núcleo logra convertir el hidrógeno en helio. El comienzo de la fusión marca esta edad madura, lo que los astrónomos conocen como la llegada a la Secuencia Principal. Esta fase será la más larga en la vida de nuestra estrella, pues el hidrógeno (el 70 % de la masa total) es suficiente como para alimentar el reactor nuclear durante unos 10.000 millones de años, según asegura Rafael Bachiller, del Instituto Astronómico Nacional.
Sin embargo, esta situación de estabilidad no será siempre así. Los científicos han alertado de que a medida que el combustible de hidrógeno se agote en su núcleo, comenzarán los cambios en el proceso de fusión. A partir de ese momento, el sol se hinchará hasta convertirse en una estrella gigante roja (grande y brillante pero relativamente inestable). Durante ese proceso se reducirá la temperatura en su superficie. Finalmente se enfriará y se convertirá en una estrella enana blanca (prácticamente inerte). De esta forma perderá, en forma de explosiones y eyecciones diversas, una buena proporción de su masa.
Con el análisis de los datos, los científicos aseguran que nuestro Sol alcanzará una temperatura máxima aproximadamente a los 8.000 millones de años, luego se enfriará y aumentará de tamaño, convirtiéndose en una estrella gigante roja alrededor de los 10.000 a 11.000 millones de años.
El Sol llegará al final de su vida después de esta fase, cuando finalmente se convierta en una enana blanca tenue. Cuando el sol pase a ser una estrella gigante roja, el calor convertirá la Tierra en inhabitable y todo rastro de vida desaparecerá.
En términos astronómicos, el Sol se clasifica como una estrella de tipo espectral G2 y clase de luminosidad V: una estrella “G2V”. Es decir, una estrella enana y amarilla, compuesta esencialmente por Hidrógeno y Helio, a lo que se añaden pequeñas trazas de elementos pesados como Hierro, Níquel, Oxígeno, Silicio, Azufre, Magnesio, Carbono, Neón, Calcio y Cromo.