Los líderes del Movimiento al Socialismo (MAS) y de Comunidad Comunidad (CC), Evo Morales y Carlos Mesa, respectivamente, no se olvidan de las frustradas elecciones generales del 2019.
Por un lado, Mesa aseguró que el 2019 iba a vencer a Morales en la segunda vuelta electoral, entretanto, Evo asegura que no iba a haber un ballotage en esos comicios y acusó al opositor de ser uno de los gestores del ‘Golpe de Estado’ en su contra.
“Evo Morales cometió un monumental fraude porque iba a perder conmigo en 2ª vuelta. Lo probó el informe de la OEA, avalado por la UE y EEUU. Luego huyó cobardemente para promover desde su escondite, una guerra civil en Bolivia. Un día no tendrá protección y responderá ante la Ley”, señaló Mesa a través del su cuenta de Twitter.
La respuesta de Morales no se dejó esperar y negó que en esos comicios era necesaria una segunda vuelta.
“Si Carlos Mesa admite que es un cobarde es su decisión. Pero no puede mentir y decir que nos llevó a una 2da vuelta porque antes de eso con su mentira “monumental” de fraude provocó el golpe que masacró a nuestros hermanos indígenas. Falso historiador golpista y verdadero gonista”, afirmó Morales a través de la misma red social.
El 2019, la noche de las elecciones, el sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) indicaba que podía haber una segunda vuelta entre los candidatos más votados: Evo Morales – que buscaba su reelección- y Carlos Mesa.
No obstante, el sistema fue suspendido y cuando se restableció daba a Morales la victoria en primera vuelta al superar con más de 10 puntos porcentuales a su más próximo rival.
El “cambio de tendencia” fue interpretado por Mesa y la oposición a Morales como un “fraude electoral”, lo que decantó en movilizaciones y un pro cívico que se alargó por varios días.
El conflicto se acrecentó cuando la Organización de Estados Americanos (OEA) publicó un informe preliminar de su auditoría – realizada pedido del Gobierno- que confirmaba “irregularidades” en el proceso electoral. Además, la policía se amotinó en rechazo al Gobierno de Morales y hasta las Fuerzas Armadas sugirieron que el entonces presidente renuncie a su cargo, lo que finalmente ocurrió el 10 de noviembre del 2019.
Tras su renuncia, se vieron diferentes movilizaciones, sobre todo en La Paz y Cochabamba, en rechazo a lo que consideraron como un “Golpe de Estado” en contra de Morales.
Entretanto, la entonces segunda vicepresidenta del Senado, Jeanine Añez, apeló a la figura de la “sucesión constitucional” – tras la dimisión del vicepresidente Álvaro García Linera y las principales autoridades del legislativo- para hacerse con la presidencia del Senado y luego del Estado.